Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

El concilio del PP

Había armas de destrucción masiva para provocar el apocalipsis y dejar, no Granada, sino España hecha un solar

La batalla por la presidencia del PP provincial está adquiriendo el furor de una guerra trinitaria y los creyentes de Sebastián Pérez ya han aludido a la autoridad del Concilio de Nicea. En aquel sínodo de los obispos cristianos, convocado en el 325 por el emperador Constantino en territorio de la actual Turquía, se declaró la herejía arriana, se estableció que el Hijo es de la misma naturaleza que el Padre y se lio la de Dios es Cristo que acabó con la persecución y muerte de miles de personas en los siglos siguientes. Tal que entonces, los contrincantes de la derecha se emplean ahora en Granada con una violencia verbal inusitada, como si les fuera la vida en ello (igual les va). El aspirante, Juan García Montero, que amenizó la presentación de su candidatura con la actuación de la banda de cornetas de la Cofradía de las Tres Caídas, lo cual supone una manera trompetera de poner a Dios de su parte, ha afirmado que un fiel de Sebastián le avisó de que guardara cuidado cuando circulara en moto por Recogidas. Y su portavoz, José Torrente, ha acusado al concejal de Ogíjares Vicente Aguilera de confundir la puerta de la sede del partido con la entrada de un templo y ponerse a dar golpes de pecho compulsivos no en su cuerpo… sino en el del propio Torrente.

El desvarío es tal que no extrañaría que algún veterotestamentario de Montero imagine que la fuerza de Sebas, como la de Sansón, radica en el pelo y proponga seducirlo con una Dalila, cegarlo y cortarle después los caracolillos rocieros que le adornan el cogote. O, peor aún, sacar a pasear la más potente de sus bombas, exhibir el hongo atómico, enseñar la cabeza entera del exalcalde Pepe Torres y pedir la rendición absoluta o la apertura de una negociación que permita a todos seguir instalados en la ortodoxia y disfrutando de la paz del cargo. Esa cabeza, ¡ay, esa cabeza!, fue capaz de demoler el Ayuntamiento hasta dejarlo en ruinas en tan solo trece años, y provocaría el Armagedon si se la dejara explotar en el interior de la sede. Si algo muestra la historia reciente es que en el PP había armas de destrucción masiva para provocar el apocalipsis y dejar, no Granada, sino España toda hecha un solar. Aznar no andaba desatinado, sólo que las armas no estaban en Irak, se escondían en Genova 13 y sus franquicias. Rato, González, Blesa, Bárcenas, Granados, Costa, Blanco, Rus, Fabra… El arsenal era inagotable. ¡Amén!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios