Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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La coprofilia de Candel

El alma se inventó para hacernos creer que en nosotros hay un reducto inaccesible para la mugre

Juan Ramón Jiménez, el exquisito, el neurótico, el gran poeta, el parásito de Zenobia, su mujer, sin la que no hubiera sobrevivido, utilizaba la poesía para tejerse un traje de palabras y músicas con el que protegerse de la suciedad del mundo. Él se cogía la vida con papel de fumar. Cruel con la suciedad de los otros, después de una visita de Machado a su casa de Madrid, comentó que don Antonio había dejado el suelo del salón escarchado de caspa. Pero le rezó tanto a la inteligencia para que le revelase el nombre exacto de las cosas que, al final de su existencia, en el poema Espacio, tuvo esta visión: "Amor, amor, amor (lo cantó Yeats), amor en el lugar del excremento". Gran descubrimiento: sexo y cloaca, ¡tan cercanos! El alma se inventó para hacernos creer que hay en nosotros un reducto protegido de la mugre. Herramientas para despegarnos la mierda que, sin embargo, ejerce una extraña atracción sobre algunos, son: letrinas, cloacas, pozos ciegos, jabones, toallitas y celulosas. Es natural que los profesionales de la sanidad que tienen que convivir con los excrementos ajenos, se acostumbren a manejarlos sin vivir en una arcada permanente. La medicina social acabó con el pudor y nos acostumbró al sutil e insoslayable hedor de los hospitales. ¡Bendita ella que nos regala años de vida y que ha facilitado que las clases sociales se acerquen y se traten! Porque la enfermedad es transversal. No nos debe extrañar que el doctor Candel, se relacione con la mierda con tanta naturalidad. Va con la profesión. Para los amantes y para los médicos, el cuerpo humano es una sinfonía de voces y de signos que lanza el otro y que conviene interpretar adecuadamente para navegar por la enfermedad o/y por el gozo. Y Candel se enfanga: en un vídeo de 15:15 minutos que ha colgado en la red, utiliza 30 veces 'mierda'; 4, 'culo'; palabras de la familia 'cagar', en cuatro ocasiones. También nos informa de que le 'suda la polla'; y, delicadamente, introduce en una ocasión el término 'mojón' en su discurso. No se trata de que el personaje no haya superado la fase anal de su desarrollo psíquico -tiene más de tres años- es que, en un ejercicio de ahorro encomiable, ha decidido interpretar a la vez el papel de bufón y de rey. En la Edad Media, estas dos profesiones las desempeñaban personas diferentes.

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