La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

300 curas catalanes

Recurrir a los valores evangélicos para apoyar un referéndum ilegal y un golpe de Estado huele al 36

El peor españolismo rancio, casposo, intolerante, de espadón, golpista, grotescamente patriotero y repugnantemente encubridor de corruptelas bajo la retórica nacionalista sólo sobrevive en el País Vasco y en Cataluña. Es una carpetovetónica paradoja que quieran separarse de ella quienes representan lo peor de la vieja España. Tal vez interpretemos mal su separatismo como antiespañolismo cuando en realidad lo que hay bajo el disfraz burgués o antisistema es un españolismo ultramontano que no tolera formar parte de la España democrática, constitucional, moderna y europea nacida de lo que ellos llaman el régimen del 78. Tal vez quieran independizarse para ser, en versión miniaturizada, una unidad de destino en lo universal, la reserva moral de Occidente y un parque jurásico nacionalcatólico.

¿Dónde, si no en esta Cataluña regresiva, se iba a producir algo tan nacionalcatólico como el manifiesto firmado por 300 curas a favor del referéndum ilegal del 1 de octubre, aduciendo que les mueven "valores evangélicos y humanísticos"? Recurrir a los valores evangélicos para apoyar un golpe de Estado y un referéndum ilegal tiene un olor a 1936 y a curas saludando brazo en alto que hacía muchos, muchísimos años que no atufaba el espacio público español. Como nos descuidemos vemos a Puigdemont y a Junqueras entrando bajo palio en las iglesias de los curas independentistas, a Ada Colau de mantilla tras ellos, a la Moreneta recorriendo Cataluña como la Virgen de Fátima recorrió España en 1948 y la celebración de un Congreso Eucarístico -eso sí, no católico, es decir universal, sino exclusivamente catalán- como el que tuvo lugar en Barcelona en 1952.

¿O creen que la fecha del referéndum ilegal es casual? Durante la dictadura el 1 de octubre era el Día del Caudillo, la conmemoración del nombramiento de Franco como jefe del Estado. Ese señor de apellido exacto llamado Gabriel Rufián ha dicho que "el franquismo no murió un 20 de noviembre en la cama de Madrid, nosotros le decimos al mundo que Franco murió un 1 de octubre de 2017 frente a una urna en Cataluña". Como siempre sucede con este desdichado personajillo la realidad es justo la contraria: lo que de franquista, es decir ultranacionalista y golpista, sobreviva aún en España volverá a alzarse contra una Constitución democrática en nombre de "superiores" ideales nacionales. Repitiendo como farsa aquella tragedia.

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