EL Debate sobre el estado de la Nación, que vivió ayer su sesión principal en el Congreso de los Diputados, tuvo cierto sabor a despedida por parte del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que recibió emocionado los mejores deseos de sus adversarios, desde Rajoy hasta Duran Lleida. El debate entre Zapatero y Rajoy se desarrolló con tensión contenida y sirvió, como es habitual, para refrendar las posiciones previas. El líder de la oposición reiteró sus críticas al fracaso de la política gubernamental sobre la crisis económica, a la que atribuyó la máxima responsabilidad en la destrucción de empleo y en la desconfianza de los mercados hacia la credibilidad de la economía nacional, así como en la adopción del mayor recorte social de la historia democrática. Una vez más insistió en la necesidad de dar por agotada la legislatura y convocar elecciones generales de manera anticipada para dar paso a un gobierno alternativo. El presidente, por su parte, defendió su gestión económica como el resultado necesario del estallido de la burbuja inmobiliaria alimentada durante los gobiernos de Aznar y su gestión social que ha permitido la revalorización global de las pensiones y el salario mínimo, la multiplicación de las becas estudiantiles y la creación de un sistema de ayuda a las personas dependientes inédito en España. Zapatero hizo guiños de futuro a un proyecto netamente socialdemócrata, mostrando una simpatía genérica hacia el movimiento del 15-M y hacia el mantenimiento del núcleo básico del Estado social, saludados efusivamente por los diputados socialistas. La única concreción, sin embargo, de su discurso se centró en una medida tendente a favorecer a los ciudadanos en dificultades para hacer frente a préstamos hipotecarios, aumentando notablemente el límite de ingresos que no pueden ser sometidos a embargo. Fue la única iniciativa de carácter social que se formuló en un debate en el que el actual presidente se despidió materialmente del Congreso, aunque no llegó a anunciar el final anticipado de la legislatura.