Opinión

Teresa Jerez

Los enemigos de la sanidad pública

CORREN malos tiempos para los servicios públicos. Y es que a lo público, y concretamente al sector sanitario, le han salido muchos enemigos.

Por orden de influencia mencionaría en primer lugar lo que denominamos "los mercados". Cuando la capacidad de obtener beneficios económicos se ha visto mermada, era la hora de que el mercado privado decidiera obtener beneficios de aquellos sistemas que en Europa, y concretamente en España, estaban más desarrollados tal como sucede con el sistema público sanitario. Por poner algunas cifras que se dieron hace unos días en este periódico: en la provincia de Granada existen más de 14.000 trabajadores del Servicio andaluz de salud (SAS), es decir que es la primera empresa de esta provincia. La tarta es golosa y para eso nada mejor que desprestigiar a nuestro sistema sanitario, centrándose sólo en las deficiencias y planteando como tabla de salvación sistemas alternativos privatizadores (sólo hace falta mirar a lo que está pasando en otras comunidades autónomas).

Otro gran enemigo, surge desde la propia administración, que es la gran empresaria. Quiero pensar que más bien será por ineptitud, o desencadenado por el enemigo anteriormente descrito, porque no puedo creer que sea deliberado el que se esté llevando una gestión tan deficiente…

Cuando yo empecé en el mundo sindical lo primero que me llamó la atención en una intervención de José María Fidalgo fue que "el mayor efectivo que tiene una empresa, son sus trabajadores", y esto se hace más patente cuando hablamos de una empresa como la sanitaria que sobre todo gestiona conocimiento. Es incomprensible por tanto cómo ante la tan traída y llevada crisis no se les haya ocurrido otra solución a nuestros políticos y gestores que, para seguir dando el mismo servicio a los usuarios, la solución sea "pagar menos" a los trabajadores para que además trabajen en peores condiciones.

Es penoso ver y oír cómo se afanan en decir que no se ha recortado en sanidad, pero la realidad y las cifras son otras. Sin ir más lejos y teniendo como fuente los propios datos que nos dan desde la Administración, en el mayor hospital de la provincia, el Virgen de las Nieves, en los últimos años hemos pasado de algo más de 5.000 trabajadores a unos 4.800 y esto no lo nota el usuario, pero sí lo notan y mucho los trabajadores y trabajadoras de este centro que a costa de un gran esfuerzo físico, psíquico y económico consiguen sacar adelante el trabajo.

Y por si no tuviéramos bastantes enemigos, surge un nuevo fenómeno que es la división de los propios trabajadores. Hay muchos intereses para que los trabajadores y trabajadoras andemos en disputas sobre quién es más o menos necesario en la atención sanitaria. En situaciones de dificultad surge ese fenómeno, por otro lado bastante natural de "sálvese quien pueda". En el galimatías sindical, encontramos, el sindicato de médicos, el de enfermeras, el de auxiliares... y por si faltaba poco algún sindicato llamado de funcionarios que recogiendo el descontento del momento, argumenta discursos contradictorios sin una línea de trabajo coherente, enfrentando así a las distintas categorías profesionales. Este escenario en el que cada uno rema hacia un camino diferente sólo consigue que la barca se quede anclada o incluso con peligro de zozobrar. Es importante decir con claridad que aquí no sobra nadie y que todas y todos los trabajadores, máxime en la sanidad, somos necesarios.

Finalizaré con un símil muy acorde con mi profesión de médica de urgencias: no se puede sacar a un enfermo de una parada cardiorrespiratoria con un solo profesional por muy hábil que este sea; tras la primera valoración del paciente lo primero que se tiene que hacer es pedir ayuda. El trabajo en equipo en la atención primaria, en la hospitalaria, en la urgente es fundamental. Se hace por tanto necesario que desde el celador al personal de mantenimiento, de lavandería, de cocina, de administración, el personal de enfermería, de fisioterapia, de trabajo social, a los profesionales de la medicina, unidos en un trabajo sindical de clase hagamos frente a los numerosos enemigos y defendamos nuestra sanidad pública.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios