hoja de ruta

Ignacio Martínez

La espada de fuego de Bono

EN vísperas de las elecciones de 2007, en el debate entre los contendientes de entonces, Zoido, Torrijos y Monteseirín, el alcalde dijo sin inmutarse que en Sevilla se había creado mucho empleo, en los cuatro años anteriores, gracias a la acertada política económica municipal. Estábamos en el punto culminante del crecimiento sin freno de la economía, a lomos de la especulación inmobiliaria. Y desde luego no se creaba empleo gracias a ningún mago de los que pinta Peridis. Ni en los gobiernos nacionales o regionales, ni muchísimo menos en los locales. Pero las cosas iban de cine y todo el mundo se ponía la medalla. Los ayuntamientos no crean empleo, desgraciadamente, como no sea en sus servicios públicos, como ha pasado en muchos municipios andaluces, hasta acercarlos a la bancarrota.

La mayor parte de las obligaciones de un buen alcalde son ajenas a su ideología. Una ciudad limpia, poco ruidosa, atractiva, con tráfico fluido y notable actividad cultural, por ejemplo. Pero los socialistas, los grandes perjudicados por el ere masivo decretado el 22 de mayo, están dolidos con la gente de IU, porque no han asegurado mayorías de izquierdas. Al contrario, han facilitado la llegada al poder de decenas de alcaldes populares. Sin ir más lejos, 17 en Andalucía.

Los socialistas piensan que los izquierdistas son unos desagradecidos. Como si en la coalición se olvidaran de lo mucho que les han pedido su opinión y la han seguido en asuntos de trascendencia social, económica o institucional. Toda la vida pidiendo el voto útil a los ciudadanos, diciéndoles que no se molestaran en votar a opciones que no tenían posibilidades y aglutinando el voto de la izquierda. Y ahora les pagan con este desapego inmerecido. En fin, no sé de qué se extrañan en el PSOE; cada vez que el PCE antes, e IU ahora, les ha aupado a un gobierno municipal, han conseguido la mayoría absoluta en las siguientes elecciones. Y los de IU no son Hermanitas de la Caridad. Se cansan.

En muchos lugares se ha aplicado la teoría de las dos orillas, de Julio Anguita. En la orilla de enfrente están PP, PSOE, CiU y PNV. Y en esta de aquí, la única e indiscutible representación de la izquierda. Así, en esos municipios han ayudado al PP para acabar con 32 años de hegemonía socialista. Y esto ha abierto la caja de los truenos. Bono, del sector más derechista del PSOE, es un viejo enemigo mortal de Cayo Lara, que proviene de su misma región castellano manchega. Y ha sacado la espada de fuego contra él. Primero para ridiculizarle: "Dijo que ni por acción ni por omisión permitirían ayuntamientos de derechas, pero el caso que le hacen a Cayo Lara en IU es el mismo que hacen en mi pueblo a Cipriana en los títeres". Y después para estigmatizarlo como rojo peligroso: "IU va a quedar reducida a lo más sectario del Partido Comunista". Lo malo es que tras oír a Bono, más de uno se habrá reafirmado en lo hecho.

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