LA interesante jornada del sábado comenzó muy brillante, pero la tarde se fue torciendo y acabó de forma dramática. El Granada CF ganó, que es lo que tenía que hacer. Se acostó anclado en zona de fase de ascenso, a la espera de los resultados que se produzcan hoy. El '74' llevaba bien encaminado lo suyo, pero se dejó empatar en el último suspiro del choque, lo que supone un paso atrás en sus aspiraciones de permanencia, en lo que ya era un síntoma de que el día no iba a ser redondo. Lo más duro llegó con la dolorosa derrota del Club Baloncesto Granada. El Estudiantes se impuso con justicia en el Palacio de Deportes y dejó la ACB en el aire. La desolación hizo mella en los aficionados rojiverdes, que se llevaron una sorpresa muy desagradable.

Las consecuencias de esta pifia son imprevisibles. La ventaja es que el CB Granada depende de sí mismo, pese a que haya perdido el basket average con el conjunto estudiantil. El inconveniente, el difícil calendario que resta: DKV Joventut en casa y Tau fuera. A ello hay que añadir que al Estudiantes le quedan ViveMenorca en Madrid y Grupo Begar en León. La pregunta que aflora inmediatamente es: ¿Está capacitado el equipo de Sergio Valdeolmillos en estos momentos para derrotar a dos de los mejores equipos de Europa?

Las dudas son inevitables. Pero milagros mucho más grandes hemos vivido en el mundo del deporte. Y si hay alguna posibilidad, aunque sea mínima, de ganar esos dos partidos, hay que ir a muerte a aprovecharla. Es muy difícil, de acuerdo. Pero no imposible. Hay que concienciarse desde ya de que se puede ganar al DKV, y entonces esperar a ver qué hace el Estudiantes. Y, después, si también hiciera falta, pues a ganar al Tau en el Palacio. Son dos auténticas finales, pero si hay que apelar a términos como épica, proeza, gesta, hombrada, heroicidad o milagro, pues se hace. Total, si vamos a descender, que sea con las pelotas bien puestas.