EN estos días estamos conmemorando el Día Internacional de las Familias, que celebramos el 15 de mayo y con motivo de este creo oportuno reivindicar la aportación social de las familias como tejido sólido de nuestra sociedad, que matizado de tonos y colores distintos constituye un elemento básico para el desarrollo de las personas y de la sociedad.

Quiero trasladar mi felicitación para todas aquellas familias que día a día son capaces de vencer obstáculos para seguir cohesionados y al tiempo que conservar los valores que, generación tras generación, han heredado y que son capaces de construir modelos distintos de familia, con nuevos valores como los de igualdad, la responsabilidad, el reparto de tareas, el cuidado ambiental, la responsabilidad social, la cooperación y la solidaridad entre otros.

La Junta de Andalucía, que en ocasiones alguien llama la madre Junta, que se preocupa en sus políticas de favorecer y apoyar a las familias para que concilien o que atiendan a sus miembros: niños, mayores, personas con discapacidad, excluidos, mujeres, personas con necesidades especiales... etc., actúa sabedora de que una familia necesita recursos y acciones.

Como delegada para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía en Granada tengo la responsabilidad de ejercer la tutela sobre muchos menores que no tienen aún familia o que la han perdido. Esa tutela constituye un lazo temporal con los menores, y suponen también la formación de una gran familia muy especial.

En ese sentido , desde la Consejería se está apostando por el apoyo decidido a todo tipo de familias. Y lo hace en relación a nuestros menores, a aquellos que más nos necesitan y que están bajo nuestra tutela, siendo conscientes de que la Junta de Andalucía tiene que actuar como una madre para sus hijos e hijas.

Una madre que los acoge en la búsqueda de un futuro mejor, que conoce de sus miedos y de sus necesidades cuando llegan a Andalucía o cuando una situación personal desemboca en una situación adversa para los menores.

Por fortuna, los profesionales de la administración, así como todas aquellas personas que colaboran con ella, están siempre dispuestos a atender a los niños y niñas que más lo necesitan y priman por encima de todo el bienestar de los menores.

No se trata sólo de dar un techo y alimentación, sino también protección y un entorno adecuado, educación, formación y la posibilidad de recibir afecto y cariño de la máxima calidad, tan necesario para el crecimiento personal de los niños y niñas como algo irrenunciable.

El derecho a una familia conlleva la necesidad de respuesta a aquellos que la pierden por cualquier motivo, causas naturales, accidentes, o situaciones sobrevenidas que dejan a las personas en situaciones no sólo de indefensión sino de exclusión y aislados de la posibilidad de tener "su familia" en la que poder crecer y desarrollarse.

El día de las familias, es necesario saber de esas familias también especiales acogedoras, en las que depositamos toda la confianza para que sean sus manos las que acaricien, su voz la que despierte, su sonrisa la que tranquilice, que les enseñen a leer cuentos y, por qué no, a escribirlos. Son padres que después de la regañina para hacer las tareas e irse a dormir saben arroparle y trasladarle la paz necesaria para un descanso positivo.

La Junta de Andalucía agradece esta tarea que sólo familias especiales saben hacer en esas circunstancias, y que sin ellas sería mas complicado conseguir que estos niños y niñas puedan saber que es una familia, como tenemos la suerte de tener la mayoría de las personas.

El empeño por conseguir más acogimientos de calidad, y la confianza en la información y el buen ejemplo de los que hoy son padres y madres acogedoras, hará que se propague en la sociedad el modelo y no quede un solo niño o niña sin familia, ya sean ajenos o la propia familia extensa .

A mí esa madre circunstancial y padre, me tranquiliza saber que todos ellos y ellas estarán bien atendidos pese a no estar yo con ellos; y que sus padres de acogida saben también que la Junta esta atenta a cada necesidad que puedan tener nuestros niños y niñas.

La apuesta de las familias acogedoras de crecer para querer más y a más, para sentirse más protectora y más educadora, es un ejemplo que necesita propagarse para atender a cuantos niños y niñas pierden su familia y quedan en desamparo.

Quiero felicitar en el Día Internacional de las Familias a todos personas que forman familias, modelos diversos de familia, como la de cada uno y como la mía propia.