La floristería Loto, cerca de los nacimientos

Rafael Pérez es un agente inmobiliario que hace cinco años decidió que su futuro no era la compraventa de viviendas. A partir de ese momento cambió la venta de pisos por la de flores, una labor "con mejores satisfacciones y más agradable". La floristería Loto se sitúa en un lugar muy privilegiado, frente al hospital de Maternidad. Rafael reconoce que, aunque la crisis se nota, la localización del negocio le ayuda a que la incidencia sea menos: "Siguen naciendo niños y eso es bueno para todos".

El secreto de sus ramos es saber colocar cada flor en el lugar apropiado: "Cada una tiene su sitio". Aunque el cliente es el que toma la decisión final, "la gente suele pedirnos cosas extrañas; es como la ropa que cada uno viste como quiere", explica entre risas. La clientela es "considerable" todos los meses del año, si bien "febrero es el mejor". Con todo, este febrero de 2009 no está siendo para Rafael igual que otros: "Normalmente el 1 de febrero ya nos estaban encargando ramos pero este año todavía no tenemos ningún pedido, esperamos que en esa semana la demanda aumente". Si febrero es el mes en el que más flores se venden, la rosa roja es desde luego la flor que más se pide, más aún cuando el día de los enamorados está tan cerca.

Cinco años dan para mucho y las anécdotas se suceden en la cabeza de Rafael. "Una vez un hombre nos vino pidiendo un ramo de rosas con pinchos, le comenté que nosotros limpiábamos las flores pero él insistía en que fueran con pinchos porque así las quería regalar" .

Las flores sirven para expresar sentimientos y al mismo tiempo son un símbolo de vitalidad. Para este agente inmobiliario reconvertido en florista, trabajar con plantas ha sido "lo mejor que le ha ocurrido en su vida".

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