Quousque tamdem

Luis Chacón

luisgchaconmartin@gmail.com

El futuro es nuestro

Ciudades como Granada deberían asumir lo que han sido y lo que son para seguir siéndolo durante siglos

Aberlín se le nota demasiado que quiso ser Viena. Aunque se le nota mucho más que no lo consiguió. Lo peor es que quiso serlo en pocos años. Los que fueron desde la unificación alemana hasta la caída del Imperio tras el Armisticio de Compiègne. Ni siquiera la tan cacareada, como dudosa, eficacia prusiana pudo construir un milenio en medio siglo. Y Viena siguió siendo ese referente imperial, elegante y deliciosamente decadente que los valses de Strauss plasmaron en la memoria colectiva del mundo. Ni el Anchluss impuesto por el nazismo pudo vulgarizar a la exquisita urbe de músicos y cafés que retratan Roth y Zweig y que lloraba el fin del secular Imperio de los Habsburgo en la Cripta de los Capuchinos. Años después, la Viena derruida de El tercer hombre es inmensamente más bella que la ciudad asolada de Berlín Occidente.

Magis esse quam videri oportet o más vale ser que parecer. La eterna lucha entre la esencia y la apariencia. La España de hoy está llena de Berlines que quieren conseguir, a base de talonario, lo que otras ciudades han ido ganando en siglos. Ciudades como Granada que deberían asumir lo que han sido y lo que son para seguir siéndolo durante otro puñado de siglos. Sin complejos ni renuncias y con todo el orgullo que se merece la historia milenaria de esta bendita ciudad que, como una Viena del sur, es un referente cultural para el mundo entero. Nuestra Cripta de los Capuchinos está en la Capilla Real y nuestro Hofburg en la Alhambra que, a falta de locales mejores, hace de Musikverein cada verano acogiendo un Festival de innegable reputación y categoría. La belleza de la ciudad renacentista que va desde la Catedral de la Encarnación hasta el Monasterio de San Jerónimo es equiparable, cuando no superior, a muchas de las que se pueden admirar en Italia. Y la riqueza museística, no por desconocida, incluso para muchos granadinos, es en absoluto desdeñable. Muy al contrario. Y, last but not least; como dicen los ingleses, por último pero no menos importante, la Universidad de Granada, que tras medio milenio de historia y siendo, con enorme diferencia, la mejor de Andalucía y una de las tres mejores de España, debe liderar el relanzamiento de una ciudad enfocada a la cultura y al desarrollo intelectual y tecnológico.

Y con estos mimbres ¿cómo somos incapaces de tejer un cesto que sorprenda al mundo? El futuro es nuestro, ¿a qué esperamos para asirlo con fuerza?

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