La chauna

José Torrente

El lío del Metro

MÁS que arrimar el hombro, los socialistas deberían arrimar el presupuesto a las obras del Metro, que va especialmente escaso de ejecución en sus tramos de la capital. De esa indolencia ejecutora se destiñe cierta sibilina intención por dañar las esperanzas electorales de Pepe Torres y su equipo, al que quieren culpar de todos los retrasos, de todos los agobios y de todas las rodeas que se han de dar por sus molestas obras, y, de paso, para no desaprovechar la gesta, echar una mano a Paco Cuenca, el candidato que desde Sevilla han mandado para Granada, primarias aparte.

Esta batalla es personal. Desde la Junta de Andalucía y por encargo del PSOE, se la tienen jurada al alcalde del PP, tras ganar éste la alcaldía de la ciudad en dos ocasiones. La estrategia pasa por hacer que las obras del tranvía sean el calvario que indigne aun más a los ciudadanos, a ver si en las urnas, en vez de los votos al PP, se cuela el mosqueo vecinal por tan desesperante situación.

Pero el alcalde no traga. Y dice que si a cada vela hay que comprarle su palo, pues llegado el caso, que cada palo aguante su vela. Denuncia, con razón, el retraso del atraso, y se ha ido de visita por cada tramo, para demostrar in situ que los anunciados seiscientos currantes del Metro, cuando llegó la comitiva, o se habían ido a almorzar a la vez, o miccionaban juntos y al tiempo, cual camarote de los Marx, en los aliviaderos de alquiler puestos al efecto. ¿O será, más bien, que a las obras del tranvía que empantanan la ciudad le falta más voluntad política y presupuestaria de la que se vislumbra?

Desde la sede socialista se exculpan con excusas varias. Destaca la que hace referencia al problema surgido por los tercos caprichos del soterramiento que pidió el ayuntamiento de Granada, como culpando al alcalde de la banalidad. Y se añaden a la trola los socialistas del grupo municipal (ellos sabrán), a pesar de que la mayoría de ciudadanos a los que dicen querer servir, y para un cómodo transitar futuro, aprueban el soterramiento del trenecito.

Ocupados como están en mosquear a los electores, no les ha interesado usar el verano para avanzar en las obras, aprovechando las ausencias vecinales por el estío, evitando así un alto porcentaje de cabreos. Pero lo que, en teoría, beneficia a Pepe Torres, a ellos no les interesa. Dentro de esa estrategia, serán capaces de inaugurar los tramos de Atarfe a Maracena, o desde Armilla al Campus para lucir a sus socialistas alcaldes antes del 22 de mayo próximo, pero, a la vez, intentarán poner trabas para que no llegue la dicha de ver al Sr. Torres Hurtado conduciendo el popular tranvía por la ciudad. Su obsesión electoral es poco propositiva, pero su veneración por Maquiavelo es muy manifiesta.

Así de maduras se las ponían a Fernando VII, aunque Paco Cuenca luego no lo agradezca.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios