Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

La manada

Sorprende que entre los implicados figuren un militar y un guardia civil, dos representantes del orden

Oe, oe, oe, oe! ¡Qué país! Cuando no es a por ellos es a "a por ella". Las informaciones sobre la presunta violación de una joven de 19 años en las fiestas de San Fermín revelan la catadura moral de un sector de la población y la condición de mera chatarra de las nuevas tecnologías cuando quedan reducidas a instrumentos de propagación de la frivolidad, del odio, de los insultos o de las hazañas bélico-sexuales en las redes. Tras la imagen conmovedora de la chica a la que una pareja encuentra llorando en posición fetal en un banco público de Pamplona a las tres de la noche, despiertan mi atención los mensajes intercambiados entre los componentes del grupo de guasap que con tanto tino se autoproclaman como La manada. Uno dice: "En pamplona las ideas claras, tío. Buscar a gorditas con casa". Y el otro, que se produce mientras los sevillanos mantienen sexo múltiple con la joven: "Follándonos a una entre los cinco". "A una". No a una madrileña o a una rubia o a una universitaria. "A una". A una muchacha absolutamente cosificada, a un cacho de carne sin identidad ni familia ni lugar de origen ni color de pelo.

Sorprende que entre los implicados en los hechos figuren un militar y un guardia civil, dos uniformados, dos representantes del orden y la defensa del sosiego ajeno. Pasma que en el juicio se nieguen por impertinentes los mensajes del grupo de guasap que informarían de sus costumbres, pero sí se admita como prueba el seguimiento de la denunciante por parte de un detective con la intención de comprobar que realizó después una vida normal. Una sandez, puesto que se pueden mantener las rutinas en medio de una tempestad emocional, como evidencian la continuidad de la vida laboral y las visitas al súper tras la muerte de los seres queridos. Y lo que ya sobrecoge es el argumento de que la relación se consideraría consentida si en el vídeo no se evidencia una fuerte resistencia por parte de la muchacha. Como si no pudiese quedar hechizada, paralizada ante la visión de un grupo hostil numeroso y con una desproporcionada superioridad de fuerza física.

No puedo entrar en el fondo del asunto, pero la Justicia se juega su prestigio en esta sentencia. Si hay una imagen que ilustre la libertad en un país civilizado es la de una joven, ebria o serena, sola o acompañada, paseando tranquila y segura por cualquier lugar de una ciudad en la alta madrugada.

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