Palabra en el tiempo

Alejandro V. García

500 metros escasos

CONTRASTAN extraordinariamente los escasos 500 metros de la Autovía del Mediterráneo inaugurados el miércoles por la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, en nuestra provincia, con la asistencia en pleno de las autoridades granadinas al rito del corte de la cinta. La incongruencia es aún mayor si se compara el exiguo trayecto abierto con los expresivos gestos de satisfacción que muestran sin pudor en la fotografía publicada ayer por nuestro periódico Francisco Álvarez de la Chica, secretario provincial de los socialistas granadinos, Teresa Jiménez, delegada de la Junta, y Antonio Cruz, subdelegado del Gobierno. La longitud de las tres sonrisas es, si me apuran, mayor que la del trayecto de la A-7 abierto en su totalidad en el noreste de Granada. Si descontamos esos 500 metros, más otros 1.500 incompletos a causa de un fantasmagórico deslizamiento de tierra, la totalidad del tramo de la obra pública corresponde a Almería. ¿Qué hacía allí la embajada granadina? ¿Y por qué estaba tan contenta?

Es verdad que resulta mezquino dividir una carretera general en tramos provinciales y enaltercer la rivalidad a su costa, pero también lo es inventar inauguraciones fragmentarias para aprovechar mejor los réditos políticos en cada circunscripción. La mejor forma de combatir la rivalidad provinciana es la discreción. Por tanto, a la vista del despliegue de políticos granadinos para presidir la apertura de un tramo que prácticamente no concierne a su territorio y los enigmas que pesan ahora sobre el deslizamiento, la crítica resulta justa y proporcionada. Sí, ¿qué hacía allí nuestra embajada? ¿No estaban informados de los enigmas del corrimiento de tierra que había inutilizado parte de la obra que se iba a inaugurar?

Son tantos los años (y las décadas) de espera que sumamos los granadinos para contar con las carreteras soñadas (y prometidas) que una inauguración tan confusa resulta desalentadora. Por si faltaba poco, la subdelegación del Gobierno de Almería desmintió a la propia ministra y aseguró ayer que no hubo tal desprendimiento a causa de las lluvias sino que fue un aplazamiento deliberado por la complejidad de las obras y los siempre recurrentes "problemas técnicos". Entonces ¿qué fue aquello? ¿Un acto de confraternidad fronteriza entre Granada y Almería? ¿Un encuentro de Navidad?

Mención aparte merece el papel jugado en el galimatías por Magdalena Álvarez. ¿Qué hace una ministra del Gobierno en una inauguración tan equívoca y de tan escasa entidad justo después de pasar una reprobación en el Congreso? ¿Trataba de compensar los fastos del AVE de Málaga? Nunca 500 metros de autovía han salido tan embrollados a un Gobierno.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios