Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

La moción de censura

No van a ser decididas desde los extremos sino desde el centro de sistema político. Dependerán de la actitud de Ciudadanos

Durante el periodo de entreguerras, el sistema político giraba en torno al Parlamento. De esta forma, la pérdida de una votación parlamentaria provocaba la caída del Gobierno. Ese fue el caldo de cultivo en el que crecieron los partidos fascistas que, en esta crisis del parlamentarismo (Carl Schmitt), ofrecían orden y estabilidad. El final de aquella historia es conocido.

Por ello, tras la segunda guerra mundial, la Constitución alemana hizo hincapié en la estabilidad política. El Parlamento podía controlar al Gobierno pero se diferenciaba la fiscalización de la exigencia de responsabilidad política. A través de la primera, el Parlamento ejerce el control ordinario sobre el Gobierno. Sus consecuencias son políticas. Se trata de trasladar a la opinión pública la posición disidente con la mayoritaria. Distinto es el control como exigencia de responsabilidad política. En este supuesto, la Constitución habilita al Parlamento para provocar la caída de un Gobierno que ha perdido su confianza. Sin embargo, exige dos condiciones: una mayoría alternativa y la coincidencia en la persona de un candidato que pueda ser investido nuevo Presidente. Esa es la moción de censura en la Constitución alemana y en la española de 1978.

En España, la moción de censura tiene éxito cuando 176 diputados coinciden no sólo en censurar al Presidente sino también en el candidato para sustituirlo. Se presentaron dos en los primeros años de desarrollo constitucional. Ambas iniciativas fracasaron pues no había votos suficientes para investir a un nuevo Presidente. Lo mismo ocurre con la presentada en estos días por Podemos. Es evidente que con sólo 67 diputados no se debería presentar una moción de censura. Pero no nos rasguemos las vestiduras. En el ámbito autonómico hemos visto censuras de lo más variopinto. No pretendo, por tanto, criticar la moción de Podemos, que forma parte de su política espectáculo. Me parece más relevante destacar que en un sistema político tan fragmentado como el actual, las mociones de censura van a ser habituales. Sin embargo, estas no van a ser decididas desde los extremos sino desde el centro de sistema político. En concreto, dependerán de la actitud de Ciudadanos. En Alemania, en 1982, el Partido Liberal dejó de apoyar a los socialdemócratas para aliarse con los cristianodemócratas. Ello permitió a Kohl ser canciller federal a través de una moción de censura. No es descabellado pensar que, en el actual clima de corrupción, Ciudadanos pueda dejar de apoyar a Cifuentes en Madrid o a Rajoy en España y apoyar una moción de censura.

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