Pablo Quílez / Deportes@granadahoy.com

El mundo al revés

Un jugador le mostró una tarjeta amarilla a un árbitro. A veces los trencillas deberían ser amonestados

LA imagen de la semana sin duda la protagoniza Obama a nivel del mundo mundial. Según los que no votan en las elecciones americanas, es decir, los habitantes de otros países, parece que esta vez los americanos han sido listos por elegir al candidato demócrata.

Reconocimiento por mi parte a la lección de democracia que han dado los estadounidenses una vez más, la imagen de estos días en el ámbito deportivo, según mi opinión, tuvo como actor principal a un futbolista brasileño al que su cabreo monumental con el árbitro le llevó a quitarle la tarjeta amarilla que le estaba mostrando y enseñársela a continuación al trencilla. De ahí no pasó el jugador, que devolvió la cartulina al colegiado y tomó el camino del vestuario asumiendo que lo que venía a continuación, como así fue, era la roja.

Modos a un lado, a veces los colegiados deberían ser amonestados en el campo. Sin ir más lejos, tarjeta roja y más de un partido de suspensión le debería caer al sueco que le birló tres puntos al Atlético de Madrid en Anfield. Hay errores y errores. Que el escandinavo no viera o considerara involuntarias las manos que se produjeron en el área del Liverpool tiene su pase, pero señalar el penalti que pitó es casi delictivo. Dice que fue el asistente el que hizo de Rafa Guerrero, por lo que debería pasar un tiempo en el olvido. Pero no hay excusa alguna. La jugada fue clara y meridiana.

También deberían pasar algún tiempo en el ostracismo más de un directivo. Es de juzgado de guardia que la UEFA le cierre el Manzanares al Atleti porque unos animales del equipo contrario montaron una 'kale borroka' en las gradas del coso rojiblanco. Luego, esas mismas bestias pardas hacen una exposición de prohibidas bengalas en su estadio marsellés y seguimos a la espera de ver si el rasero va a ser el mismo o si ser compatriota de Platini tiene premio.

Aquí también el mundo sigue al revés. Tiene guasa que Pedro Ruiz esquilme la ya esquilmada propiedad del Granada CF.

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