El museo arqueológico

Alguien tendrá que decidir si Granada se merece un gran museo o las dos salas en la Casa de Castril

El encomiable esfuerzo de inversión de las administraciones responsables -Ministerio y Consejería de Cultura- en la Casa de Castril, antiguo Museo Arqueológico permitirá en un futuro próximo abrir dos salas de la planta baja del antiguo museo en las que se expondrán una selección de las magníficas piezas que guarda este museo en sus almacenes que, por si ustedes no lo saben, se encuentran, sobre todo, ubicados en eso que dio en llamarse "los nuevos museos de la Alhambra" y que es un gran edificio, más bien feo, que se encuentra muy cerca de donde se hubiese edificado el Atrio de Siza y que ya ha pasado a mejor vida por los designios mágicos de Icomos.

Con estas dos salas remozadas y con la exposición consiguiente, se da satisfacción a las personas que, desde hace algunos años, viene reivindicando la apertura inmediata del museo a cualquier precio, aunque ese precio sea, como se ha demostrado con este nuevo proyecto, una propuesta improvisada y sin una mínima planificación.

También se satisfacen los deseos de los empresarios de la zona que ven cómo la Carrera del Darro se dota de una nueva oferta turística que seguirá convirtiendo a esa zona del Albaicín en un espacio muy rentable para ese tipo de negocios.

Como viene a ser lo normal, no todo el mundo saldrá contento y, de hecho, más de cuatrocientos profesionales que firmaron un documento, trasladado a los responsables de las distintas administraciones y del que no se obtuvo nunca respuesta, en el que pedían un Museo Arqueológico de verdad para la ciudad, verán frustradas sus expectativas y se quedarán sin él.

Un Museo Arqueológico de verdad, por si no lo sabe, es un lugar donde se almacenan las piezas en óptimas condiciones, donde se restauran esas piezas con instalaciones apropiadas, donde se estudia y se investiga y donde, al fin, se elabora un programa de difusión en el que se atiende a públicos variados, desde la divulgación escolar hasta el ámbito académico, y que va mucho más allá de que vean algunas piezas los turistas.

Un Museo Arqueológico es algo parecido a lo que hay, por ejemplo, en Cádiz, en Córdoba, en Almería o, recientemente, en Málaga y, entre otras cosas, requiere espacio para una instalaciones modernas, cosa que la casa de Castril no tiene ni tendrá si no la echan abajo para construirla nueva. Un museo necesita además un plan museológico, que es por donde se debiera empezar, sin miedo al tiempo que pueda tardar en terminarse. Ahí está Málaga que pensó que era mejor un verdadero Museo que un museo ya.

En repetidas ocasiones se ha hablado del Convento de la Merced como el único contenedor que, además de reunir las condiciones para un proyecto de esa envergadura, eliminaría presión sobre el foco del Darro y abriría una nueva zona de oferta turística en la ciudad cerca del centro.

Alguien tendrá que decidir si Granada se merece ese gran museo o las dos salas en la Casa de Castril.

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