Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

La olla podrida

El guiso se preparó a fuego lento a lo largo de los muchos años de Gobierno del PP y de Manuel Lorente al frente de Urbanismo

Las detenciones llevadas a cabo por la Operación Nazarí "están más que justificadas desde una perspectiva policial". Lo ha dicho la jueza y lo entiende quien haya seguido el caso y no esté cegado por la simpatía ideológica. Durante el dilatado mandato de Torres Hurtado, el área de Urbanismo semejaba una olla podrida. Esta alubiada invernal burgalesa se guisa con morcilla, costilla, chorizo, panceta, oreja y morro, ingredientes con un alto contenido calórico y sólo al alcance de las clases acomodadas durante siglos. De ahí que haya quien mantiene que el término procede de olla "poderida", esto es, olla poderosa o de los poderosos. También hay gastrónomos para los que el plato, que se cuece muy despacio y durante mucho tiempo, toma tal nombre porque los productos quedan casi deshechos, como si se hubiesen podrido. La primera similitud es evidente: Lo perdido por la ciudad en las supuestas prácticas corruptas superaría los 28 millones de euros y la práctica totalidad de los investigados por la Justicia son personas con un enorme poder dinerario o administrativo. Y la segunda no lo es menos: el guiso, ilegal o no, se preparó a fuego lento a lo largo de los muchos años de Gobierno del PP y de Manuel Lorente al frente de Urbanismo, ya como gerente o ya como director de obras.

Aún preservando la presunción de inocencia de los implicados, la cata judicial de semejante puchero ha evidenciado cuestiones alarmantes. El ex alcalde se ha marcado una infanta al afirmar que no sabía nada, que se limitaba a firmar lo que le ponían delante, lo cual, de ser cierto, revela que al frente de la ciudad estaba un ignorante o/y un incompetente confeso. Las pruebas muestran que Isabel Nieto, la delegada de Urbanismo, tan tiesa y desahogada frente al resto de los mortales, lucía una personalidad distinta, delicada, casi coqueta, en sus relaciones con don dinero, con el empresario Roberto García Arrabal. Queda Lorente, que excusa sus casi treinta cuentas corrientes en los ingresos de su esposa, registradora de la propiedad, pero pasma al explicar por qué compró cinco coches a uno de los investigados y tres casas por valor de 700.000 euros a otro, al mismo en una de cuyas empresas entró a trabajar uno de sus hijos. Cualquiera podría pensar que la endogamia es manifiesta, que no necesitaba salir del despacho en el que recibía a los promotores para atender asuntos particulares. Gente poderosa e ingredientes poderosos y macerados durante años. Olla podrida.

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