Hoja de ruta

Ignacio Martínez

El rapto de Europa

ZEUS raptó a la princesa fenicia Europa, trasformado en un toro blanco. No sé qué dioses se han hecho pasar este fin de semana por Zapatero y Rajoy para secuestrar a Europa de sus discursos. La jornada dominical nos ha dejado estupendas frases para la agenda doméstica. Rajoy, por ejemplo, opina que son unos Torquemadas quienes se escandalizan por las lisonjas que el presidente valenciano Camps se gastaba por teléfono con un sujeto apodado El Bigotes, miembro destacado de la trama corrupta Gürtel. Y que son inquisidores del siglo XXI quienes piensan que es antiestético y nada ético que un presidente regional se deje hacer regalos personales y familiares por personas interesadas en contratos. Es posible que Camps se libre de responsabilidades penales, si no se demuestra que hubo cohecho en sus relaciones con las empresas del entramado Gürtel, pero hay conversaciones telefónicas antológicas del presidente con El Bigotes. Se dicen "amiguito del alma", "te quiero un huevo" o "quiero que nos veamos para hablar con tranquilidad de lo nuestro". Frases que pueden pasar a los anales de la necedad política.

Zapatero en Dos Hermanas ha hablado más de Aznar, Rajoy, Arenas, la derecha o el PP, que de Europa. En el plano nacional, ha lanzado un manojo de globos de colores. Va a celebrar un Consejo de Ministros en Andalucía, en el que se decidirá que el cambio de modelo económico a uno de crecimiento sostenible empezará en Andalucía. Algo que suena a tercera modernización, como oportunamente ha señalado Javier Arenas. ZP también dijo que el futuro no es una montaña de cemento y petróleo. Pero en este país, los derivados del petróleo representan el 60% del consumo nacional y tenemos una dependencia del suministro exterior del 80%. Y en Andalucía construcción y sector inmobiliario suponían más de un 20% del producto regional bruto antes de la crisis. Hacen falta muchos años para cambiar el modelo. Un chasquido de dedos no lo resolverá, aunque el anuncio quede mono.

Afortunadamente, entre los despropósitos del día no estuvo el presidente Griñán, que sí habló de Europa. Se quedó corto cuando dijo que el Gobierno del PP recortó en 4.000 millones de euros los fondos europeos que le correspondían a Andalucía en el período de 2000 a 2006. Esa fue sólo la reducción de fondos estructurales: la Comisión Europea propuso 15.324 millones y el Gobierno Aznar asignó sólo 11.406. Pero a su cálculo le faltó un pellizco de más de mil millones del Fondo de Cohesión. No estuvo tan fino Griñán, sin embargo, cuando atribuyó el modelo social europeo a la socialdemocracia. Ese modelo es tan hijo de la socialdemocracia como de la democracia cristiana.

En fin, nos quedan dos semanas de mitología griega. Asistimos a otro rapto de Europa. Pero este no es olímpico, sino electoral.

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