la ciudad y los días

Carlos Colón

La realidad llama a la puerta

TOC, toc!" -"¿Quién es?" -"La realidad". Los ilusos creíamos que la estupenda Pastora Soler había sido mal aconsejada al meterse en el freak-show eurovisivo. Demasiada cantante para tan esperpéntico evento. Pues nos equivocamos, por lo menos en lo que a cifras y repercusión se refiere. Cuando cantó Quédate conmigo alcanzó el minuto de oro: 8.723.000 espectadores y un 52,8% de cuota. Gracias a Dios no somos agentes de artistas, porque los conduciríamos a la ruina. Con mucha clase, tal vez. Pero a la ruina. Quién sabe si la Piquer o doña Juana Reina vivieran hoy no estarían obligadas, para promocionarse ante audiencias millonarias, a compartir escenario con las abuelas rusas, esa especie de Triana Pura de las estepas poscomunistas.

-"¡Toc, toc!". Otra vez la realidad llama a la puerta: Gran hermano se despidió con un récord de audiencia que superó en seis puntos la final de la temporada anterior: 3.976.00 espectadores (28,2%). Único consuelo: se trata de un leve repunte que no subsana la prolongada caída de la audiencia en los trece años de vida del programa. Las dos primeras ediciones superaron los nueve millones de espectadores; las cinco siguientes oscilaron entre los seis y los cinco millones; las cuatro que las continuaron se movieron en torno a los cuatro millones; la duodécima bajó a 3.231.000; y esta última le ha sumado 745.000 espectadores, regresando a la frontera de los cuatro millones. En las actuales circunstancias televisivas esto se considera un éxito. Por eso se explota reanudando este "experimento sociológico" con una antología de ex grandes hermanos.

Esa misma noche, TVE 1 tuvo el arrojo se enfrentarse con un programa de entrevistas presentado por Julia Otero, que se convirtió en el segundo más visto en prime time con 2.067.000 espectadores. Estimulante, aunque la personalidad del entrevistado -a medio camino entre la tauromaquia y el corazón- debió tener que ver con ello: Cayetano Rivera Ordóñez. Inmediatamente después una interesante serie documental sobre la historia de la Mafia provocó la deserción de los espectadores, quedando por debajo del 4%. Ya dijo lo Pascal: el corazón tiene razones que la razón desconoce. Lo que el pobre hombre no sospechaba es lo que significaría corazón en la era de la comunicación de masas. Mientras tanto, en las cadenas temáticas TDT, el liderazgo lo obtuvo una película de Steven Segal con un 3% mientras en Paramount la estupenda Marathon Man se hundía con un 0,4%.

¿La solución? Todos la conocemos: educación. Pero no interesa a casi nadie. La libertad de elección que procura es un peligro para la sociedad del hiperconsumo.

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