Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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Las recetas de Calatayud

Debajo de la puta está la niña, y debajo del matón está el niño lleno de necesidades y con una salvaje carencia de amor

Resulta difícil para los que venimos de una educación en la que los cuerpos estaban encerrados bajo siete llaves en hábitos, fajas, corsés, sotanas, miriñaques, corpiños y otras ortopedias, asistir, sin alterarnos, al espectáculo de los cuerpos desnudos o casi desnudos o escasamente cubiertos de ropa. El juez de Menores Calatayud ha levantado un gran revuelo cuando ha dicho en TVE1 que las niñas visten como putas. "Y los niños como putos", rectificó, después. Estoy con Calatayud en que falta una disciplina social que señale a los jóvenes cómo vestirse o cómo comportarse para socializar sin riesgos. El juzgado de Menores es una buena atalaya desde la que observar a la sociedad y esto es lo que viene haciendo este magistrado desde hace 30 años. Sus sentencias "alternativas" suelen ser muy comentadas. También son rompeolas de la sociedad los colegios, los hospitales, los campos de fútbol, las primeras comuniones, las bodas, los cumpleaños, las procesiones, las fiestas, los homenajes a las víctimas del terrorismo... Todas aquellas manifestaciones de la vida en común en las que aprendemos a comportarnos socialmente, en las que nos sentimos arropados en este valle de nieblas por otras personas que hacen lo que uno hace, que piensan lo que uno piensan y que sienten lo que uno siente. Todo, menos que nuestra vida sea un "andar solitario entre la gente". Y sí, Calatayud señala la caída de unos comportamientos y unos modelos sociales que estuvieron vigentes hace décadas. Después de la guerra civil, aceptamos los pololos de la Sección Femenina y entregamos las llaves de nuestros armarios al confesor. Luego llegó la minifalda. Pero ahora, los patrones son otros. Ni la monja ni el soldado ni la chica yeyé, los modelos de los jóvenes son los de la puta y el matón. Sospecho que las voluntariosas herramientas correctoras del juez ya no sirven. Se pensaron para tiempos de escasez, de sumisión y de ilusión en un cambio "reglado". Los arquetipos han cambiado, y no sólo en España. Para la escritora Nancy Huston es común a todo Occidente, donde "la chica intentará brillar por su belleza y sex-appeal, corriendo el riesgo de que la muelan a palos, la violen y la asesinen. El chico procurará brillar por su audacia y su dureza, corriendo el riesgo de que lo metan en chirona o lo maten. Las prostitutas suelen fardar, y es normal. Los matones también fardan, y es normal. Ambos han tenido que endurecerse para sobrevivir y no pueden permitirse mostrarse vulnerables. Eso no impide que si rascamos la superficie, el niño esté ahí. Debajo de la puta está la niña, y debajo del matón está el niño lleno de necesidades y con una salvaje carencia de amor". En León, los universitarios han ido un poco más allá del modelo descrito: como novatada, han dado en rifarse en cueros en una subasta de tintes esclavistas. Pronto, serán "putas" y "matones" los que habrán de copiar de nuestros estudiantes si no quieren quedar fuera de juego.

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