Quousque tamdem

Luis Chacón

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La rentrée du pierre

Debería Pedro Sánchez aprender de los errores de 'l'Empereur' y no rodearse tan sólo de una guardia pretoriana

Pedro Sánchez alcanzó la secretaría General del PSOE como Bonaparte el Consulado, sin que nadie creyera en él. O mejor, como títere de otro. Susana Díaz y Sieyès siempre despreciaron a ese joven poco conocido al que habían utilizado como parapeto y guardián de un puesto que creían destinado a ellos. Pero Pedro se lo creyó y aunque fracasó en dos elecciones consecutivas, luchó a brazo partido por controlar al PSOE y alcanzar el gobierno. El día de su particular batalla de las Naciones, se vio acorralado por la vieja guardia socialista y sufrió la defección de muchos de los suyos. Intentó salvar lo que pudo, pero lo perdió todo: liderazgo, apoyos y escaño. Y cuando decidió volver desde su exilio personal en una Elba, tan lejana al poder como aparentemente cercana a los militantes, sufrió la mofa de muchos líderes del partido.

Pero a Pierre le Secrétaire le ocurrió como a Napoléon l'Empereur y no se resignó. El 1º de marzo de 1815, Bonaparte desembarco en Antibes. Los titulares de Le Moniteur Universel son una vívida crónica de la conquista del poder. "El monstruo ha escapado de su destierro; El ogro corso ha desembarcado en Cape Jean; El tigre ha llegado a Gap; El tirano está en Lyon. Cunde el pánico en las calles". Y ya, el 16 de marzo: "El usurpador está a seis jornadas de París". Cuando apreció cierto entusiasmo entre los parisinos, Le Moniteur pasó del ataque a la equidistancia. Así, el día 19 titulaba: "Bonaparte se acerca con paso veloz" y el 20, "Napoleón llegará mañana a las murallas de París". Viéndolo tocar el poder, el 21 avanzó que "El emperador Napoleón está en Fontainebleau" para el 22, en un alarde de alborozado entusiasmo, anunciar como "En la tarde de ayer, S. M. el Emperador hizo su entrada pública en las Tullerías. Nada puede superar esta alegría universal. ¡Viva el Imperio!".

Un buen número de cargos del PSOE hubiera podido ejercer de director de Le Moniteur, pues uno y otros son ejemplos de contemporización e instinto de supervivencia. La rentrée de Pierre le Secrétaire no tiene nada que envidiar a la vuelta de l'Empereur. Pero debería Pedro Sánchez aprender de los errores de aquel y no rodearse tan sólo de una guardia pretoriana, siempre proclive a la traición. Y ya que se acaba de oponer sorpresivamente al Tratado de Libre Comercio entre la UE y Canadá (CETA), no olvidemos que Waterloo sólo está a tres leguas de Bruselas y que el II Imperio duró Cien Días.

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