La salud y la razón, ¡Yeah!

Blanco y Aranda han tenido el dudoso honor de cabrear por igual a los ciudadanos y a las 'clases sanitarias'

Decía don Álvaro de Figueroa, conde de Romanones: "Si deseas que algo no se lleve a cabo, encomiéndalo a una comisión". Sin embargo, la verdad es que este consejo del tan veterano como astuto político español ha resultado no sólo no ser cierto, sino de efectos exactamente contrarios a los deseados por algunos de los, hasta ayer, responsables de la consejería de Salud de la Junta de Sevilla.

No se ha conocido caso semejante, al menos en Granada, en el que la fuerza de la ciudadanía, bien cargada de razón y tan extraña como sorprendentemente unitaria y pertinaz en la ciudad y la comarca de La Vega, ha tenido la capacidad suficiente para hacer que la propia Junta, el Consejo de Gobierno de la Presidenta Susana Díaz, se haya visto forzado a derogar la orden de fusión de los hospitales granadinos, que tanta controversia, molestias y desazón venían ocasionando. La salud ha sido la causa, sin duda una justificación muy principal que, sin embargo, parece no era de suficiente peso para quienes, al propio tiempo de producirse la derogación -o quizá por efecto de la misma- se han visto abocados a presentar sus dimisiones: Martín Blanco como Viceconsejero del ramo y José María Aranda como Gerente del Servicio Andaluz de Salud.

Y decimos que ésta, la salud, ha sido la causa, pero es fácil pensar que no ha sido el motivo, éste muy posiblemente haya podido ser el más que notable descenso en popularidad, aprobación e intención de voto de los andaluces respecto al actual gobierno socialista de la Junta de Sevilla. Cerca de un centenar de miles de personas manifestándose pacífica, pero indignadamente en las calles del centro de Granada es mucho peso en votos y en prestigio.

Frente a las tres enormes manifestaciones, en el punto de mira de un cañón de gran calibre del poder político, en vez de respuestas a la altura de la demanda -y de la razonable necesidad- ciudadana, el intento de generar confusión y enfrentamiento en lugar de diálogo y capacidad de negociación con la Comisión de 'Los veinte' y tratar de presionar con amenazas judiciales a un líder indiscutible que tiene no el beneplácito, sino la devoción de la ciudadanía, como es el caso del doctor Candel, más conocido por Spiriman que, al grito de 'Yeah' ha puesto en jaque a toda la cúpula de la política sanitaria de Granada y Andalucía.

Martín Blanco y José María Aranda han tenido el dudoso honor de cabrear por igual a los ciudadanos granadinos -y de otros sitios, también- y a las 'clases sanitarias': La medicina y la enfermería hospitalarias, de tan abnegada como valiosa trayectoria y -por ello- muy valorados y apreciados por los andaluces, en el caso que nos ocupa. Se han acercado mucho estos políticos andaluces al flamante presidente Trump, en la habilidad para hacer hervir calles y tertulias, sin duda.

Parecen volver, pues y felizmente, las aguas a su cauce. Y volvemos a la anterior situación: Dos hospitales completos para Granada: ¡Yeah! ¿O no?

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