NO me cogió por sorpresa la derrota del Club Baloncesto Granada en Madrid ante el Estudiantes. Y lo digo pese a ser el 'primero' que alberga la esperanza de que el equipo logre la clasificación para disputar la Copa de Rey.

Tengo bastante claro de qué va y las posibilidades de la plantilla entrenada por Sergio Valdeolmillos por lo contemplado aquí en casa y ante lo visto en algún que otro vídeo desde que se inició la Liga. El gran problema está atrás, por mucho que me vendan películas, burras y estadísticas de Dylan Page. La salida de Jesús Fernández y el menosprecio precipitado a Oriol Junyent se pagará más temprano que tarde.

Curtis Borchardt, que por el momento no está demasiado por la labor, guerrea solo bajo el tablero propio. Es algo que repercute directamente en el estilo de juego de este CB Granada, que no es ni más ni menos que correr y correr para sacar partido de la manifiesta capacidad de Nicolás Gianella a campo abierto, como gran opción, y de Andrea Pecile, como ayuda o alternativa. La historia es que hay poco más, sobre todo si el 'brochetas' se comporta apático sobre la pista delantera.

Todos los rivales que han apretado atrás y han planteado problemas con su defensa han optado a la victoria o han ganado al CB Granada. Basta recordar, además del Estudiantes, el episodio del pasado domingo ante el Cajasol, aunque la lista es enorme si se mira el calendario, y eso que la suerte, pura y llanamente, a mi modo de ver, ha acompañado a los de Valdeolmillos. De ahí, la esperanzadora y privilegiada situación en la tabla de clasificación. Y es que en las situaciones de ataque posicional o de cinco contra cinco, el juego del conjunto granadino se atraganta por errores de libro. No existe paciencia, se abusa del bote, los jugadores se comportan muy estáticos... y, como consecuencia, vuelvo a más de lo mismo: no se guerrea en la pintura.

Lo escrito y algo más no se arregla con el lema de Pecile de che vanzada. Más bien con el de Stai sereno ...sempre...