Un tiovivo ecológico para mayores de 14 meses

En el caso de la familia de Antonia Arenas fueron los hijos los que dieron la idea a los padres para que encontraran la fuente de ingresos familiar: los tiovivos. Diez años hace ya que pusieron el primer columpio de madera en la Plaza Bib-Rambla. Ahora este carrusel se ha convertido en el germen de una minifranquicia de tiovivos que tiene otra sede en Puerta Real.

Antonia Arenas, que se encarga de vender los tiques en el tiovivo de Bib-Rambla, recuerda que su esposo construía este tipo de columpios para sus dos hijos pequeños. "Entonces, un día mi esposo se dio cuenta que igual que ellos disfrutaban con los columpios también podían hacerlo otros niños", rememora. No se lo pensó dos veces y el representante fue al Ayuntamiento con la propuesta para pedir licencia e instalar un carrusel. Y hasta hoy. "El proyecto fue aceptado inmediatamente porque es todo ecológico", dice Arenas, quien explica que el tiovivo se mueve a través de una bicicleta en la que han pedaleado empleados de la empresa pero también los padres de los niños. Cierto es que la ecología del columpio impide que vaya muy deprisa. "Mis hijos decían que iba muy lento, por eso le pusimos al carrusel El caracol de paseo", afirma la empresaria.

Hace ya más de un lustro su esposo diseñó el segundo con ruedas de neumático recicladas. Otro éxito entre el público infantil granadino. "Hay niños que los he visto crecer. A veces voy por la calle y escucho: mira, la señora del columpio", declara orgullosa.

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