Cambia, todo cambia

Alberto Matarán

A todo tren o a ningún tren

LA ministra del accidente del Alvia y del aislamiento ferroviario de Granada ha sido recompensada por el PP, C's y algunos nacionalistas, con la presidencia del Congreso, uno de los cargos más importantes del Estado.

Hace ya más de un año que nuestra provincia con su capital al frente han dejado de tener conexión por ferrocarril con las principales ciudades del país. Hemos vuelto al siglo XIX y lo peor está por llegar: según CCOO es más que probable que estemos dos años más sin poder usar la línea que nos lleva uniendo al occidente andaluz desde hace siglo y medio.

Cabe preguntarse quién se está beneficiando de este sinsentido, máxime cuando cada día que pasa supone un coste mayor para nuestra ciudad y también para los presupuestos de Renfe que, entre otras cosas, siguen asumiendo los pagos de los autocares que trasladan a los viajeros a la estación de Antequera.

Porque soluciones hay, claro que las hay, y se han aprobado por consenso en la Mesa del Ferrocarril. La primera y más sencilla de todas sería recuperar la conexión con Madrid a través de Moreda, cuya línea se podría activar de inmediato. De este modo volveríamos al trazado más corto para ir a Madrid, tardaríamos un poco más pero nos costarían menos los billetes y evitaríamos el desastre que supone el uso de los autocares a los que me refería antes.

La siguiente sería construir un apeadero temporal a la entrada de la Chana mientras se desarrollan las obras para el soterramiento del ferrocarril a su paso por este barrio. Lógicamente, el sistema de lanzaderas que deberíamos generar desde el centro de la ciudad sería mucho menos costoso que los autocares de Antequera.

El ferrocarril es uno de los sistemas de transporte clave para el siglo XXI. La provincia de Granada ha quedado descolgada del corredor mediterráneo que se debería recuperar, tanto en su modelo litoral como en la conexión con el Levante a través de la línea Guadix-Almendricos. Y, por si fuera poco, Granada está siendo relegada en el desarrollo del transporte de cercanías, que debería ser una cuestión clave en el diseño de las nuevas inversiones de larga distancia para poder articular la movilidad metropolitana y provincial que ahora mismo podrían sucumbir bajo la supuesta modernidad del AVE. El tranvía de Granada tendría como complemento ideal un buen sistema de cercanías para generar una red que ahora mismo estaría lejos con la escasez de fondos para la movilidad metropolitana. A ver si el nuevo ministro o la nueva ministra piensan más en nuestras necesidades que en las suyas propias.

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