La verdadera galaxia

Si Nadal o Alonso no brillan, nos solazamos con la selección o Gasol; es la excelencia del deporte español

EL deporte español anda instalado en tan alto estrato, que siempre hay focos de luz radiante que nos hacen mucho más llevadero este tiempo de chicharras y transistores apagados. Y eso que algunos ídolos andan con el ceño fruncido. El primero, el más ganador de los ganadores. Rafa Nadal se retorcerá de rabia durante estas dos semanas viendo por televisión los partidos mágicos de Wimbledon. Sus rodillas se componen de músculos, huesos y ligamentos como las de cualquier mortal, aunque a veces uno crea lo contrario, y ese lado tan humano que nos viene mostrando esta temporada realza más, si cabe, las gestas que ya ha logrado. Es cuestión de tiempo. Federer sabe que el número uno volverá más pronto que tarde con su brazo ejecutor. Dejemos que el fenónemo se rehaga.

Tampoco son días felices para Fernando Alonso. Las ilusiones que llegaban del túnel de viento de Enstone, el lugar donde se emsamblan los Renault, se han quemado como el carísimo carburante que consumen sus discretos motores. El monoplaza volaba entonces, pero en los circuitos sigue anclado en la mediocridad. Mientras, el globo de la Fórmula 1 se desinfla en nuestro país.

Pero el mismo españolito que estuvo todo un domingo entretenido con la inovidable final de Wimbledon del año pasado, el mismo que ha madrugado más de un domingo por Alonso, acude a otros frentes para mantener el orgullo en perfecto estado de revista.

El primer frente llega de Suráfrica. Allí la selección española de fútbol bate récords al tiempo que gana adeptos fuera de nuestras fronteras por su fútbol moderno y vistoso, que sólo será el mejor del mundo si levanta el gran trofeo de oro dentro de un año.

El segundo frente lo protagoniza un tipo de 2,15 metros de altura que renueva siempre que puede su compromiso con su país. A Pau Gasol no se le caería su anillo de diamantes de la NBA por jugar otro Eurobasket más, y es probable que vaya a Polonia.

Es lo que tiene esta galaxia sin humo, que siempre hay focos de luz verdadera.

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