Museo Íbero: un nuevo hito cultural andaluz

El Museo Íbero refuerza la marca Andalucía, que vuelve a poner de relieve su inmensa riqueza histórica y arqueológica

Tras veinte años de proyectos y contraproyectos, de polémicas y disputas políticas y administrativas, la ciudad de Jaén cuenta desde ayer con un nuevo hito cultural andaluz: el Museo Íbero. La nueva institución, que nace con vocación de liderar la investigación de esta antigua cultura que se ubicó en el sur, centro y levante de la Península a la que le da nombre, albergará 3.500 piezas procedentes de toda España, el 40% de las cuales nunca habían sido expuestas hasta la actualidad. Jaén, que ya era un referente en los estudios sobre este pueblo gracias a su riqueza arqueológica y a la labor de su Universidad, se ubica así en el mapa de los grandes museos españoles, lo cual redundará tanto en la oferta cultural y científica para los habitantes de esta capital andaluza como en la atracción de un turismo de interior y de calidad.

Hay que destacar el empeño puesto desde el principio por la Junta de Andalucía en sacar adelante un proyecto que ha atravesado importantes altibajos. Es de justicia reconocerlo. La Administración andaluza ha invertido 27 millones y, sobre todo, ha puesto todo su empeño político en la labor. De algún modo, el acto de inauguración de ayer, presidido por el Rey de España, Felipe VI -quien estuvo acompañado por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz-, ayuda a aminorar esa sensación de abandono por parte del Gobierno autónomo que, con razón o sin ella, a veces tienen los territorios más orientales de Andalucía. En este sentido, el Museo Íbero sirve para vertebrar más y mejor a Andalucía, para reforzar esa malla de ciudades medias que, ya desde los inicios de la historia, ha sido el Valle del Guadalquivir y su zona de influencia.

El Museo Íbero potencia las marcas Jaén y Andalucía, una comunidad autónoma que vuelve a poner de relieve su inmensa riqueza histórica y arqueológica. Es necesario recordarlo en unos momentos en los que algunos territorios de España pretenden esgrimir su pasado como excusa para reivindicar privilegios. Además, servirá para seguir atrayendo a Andalucía a un turismo culto y de calidad que busca mucho más que playas y sol (los motivos económicos nunca son incompatibles con la cultura). Pero, sobre todo, nos acercará a los andaluces a nuestros orígenes sin mixtificaciones ni construcciones historicistas, sino desde el más estricto respeto a la ciencia arqueológica.

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