El sentido común de los letrados del 'Parlament'

Si a Puigdemont le queda algo de sentido común debería renunciar a su pretensión de ser elegido telemáticamente

El informe de los letrados del Parlamento de Cataluña rechaza de plano que Carles Puigdemont (el segundo candidato más votado en las pasadas elecciones autonómicas del 21-D) pueda ser investido presidente de la Generalitat por vía telemática. Como no podía ser de otra forma, el documento argumenta tal decisión con rigor jurídico, pero no hace falta ser un doctor en leyes para saber que dicha pretensión atenta contra el sentido común más elemental, ese que parece haber desaparecido de la vida política de Cataluña.

Los letrados, en su informe, recalcan que la ceremonia de investidura no consiste simplemente en "verificar" a un determinado candidato como president, sino que debe propiciar el debate entre dicho presidenciable y el resto de los diputados de la Cámara. Pese a las nuevas tecnologías, la esencia de un Parlamento sigue siendo su oralidad, para que todos los actores puedan "ver, sentir y entender a una persona". Esto, por mucho que se alegue, no se puede conseguir con una pantalla de plasma que reproduce la imagen de una persona que está a centenares de kilómetros de la Cámara donde se encuentra reunida la representación de los ciudadanos legítimamente elegida.

Si a Carles Puigdemont le queda algo de juicio político y de respeto por los intereses generales de Cataluña, debería renunciar a su pretensión de inmediato. No sólo porque es imposible su investidura en tales circunstancias, sino porque, en el remoto caso de que ésta se produjese, le sería imposible gobernar con eficacia y solvencia una comunidad tan amplia y compleja. Ser prófugo de la Justicia y pretender ser al mismo tiempo una figura principal del orden constitucional en Cataluña, como es el presidente de la Generalitat, es una pretensión demasiado descabellada, incluso para Puigdemont.

El ex president debe entender de una vez por todas que su tiempo político ha pasado. Intentó una independencia exprés y lo único que ha conseguido es hundir a Cataluña en una crisis económica, política y social de la que tardará mucho tiempo en salir. Ahora, el único camino que puede recorrer con dignidad es el de ponerse a disposición de la Justicia para encarar las graves acusaciones que se le imputan. Si el nacionalismo quiere presentar un candidato unitario está en su derecho de hacerlo, pero no violentando de nuevo las normas parlamentarias más elementales y el sentido común.

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