Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

Action man

La falta de actuación de Rajoy en el asunto catalán corre el riesgo de no hacer creíble ni una medida de las que tome

En España se llamaban Madelman y los chavales nos matábamos por uno. Después llegaron los Geyperman, más grandes y blandurrios con un pelo en plan barba de tres días que nos traía locos. Lo cierto es que la versión americana es más burda, pero el nombre mola más. Desde que surgió el batiburrillo catalán, qué quieren que les diga, no me lo saco de la cabeza y desde que el viernes salió el Rajoy más castizo, pues menos aún. Y es que no lo acabo de ver en ese papel, lo reconozco y lo peor del caso es que creo que él tampoco. En pleno verano, en uno de esos andares que es un siesnoes entre un ejercicio físico y un espasmo incontrolado, le confesó a una periodista: "Voy a ver si estos me dejan por lo menos hasta el día 20 de vacaciones". Se ve que no y claro, le han cambiado el paso.

Durante estos días, hemos visto como de inmediato la parte política está resuelta con una amplia mayoría en el Congreso; la parte judicial, sorprendentemente actuó rápido y hasta la Fiscalía se ganó el respeto de quienes consideran que la Justicia para ser eficaz debe ser rápida. Lo de la cosa ejecutiva, es ahí donde esto descabalga. Sin ser un fan de Maza, estos días incluso le ha lanzado un recao en plan, "amigo, no nos dejes solos que todo no lo podemos hacer nosotros" y el gallego, ejerciendo como tal.

Si es verdad que el no hacer nada es la mejor manera de no meter la pata, las condiciones de estadista de Rajoy, deben ser insospechadamente insondables. Leí hace tiempo que "es el peor presidente para los peores tiempos" y me siento no acordarme del autor, pero la clavó. No soy amigo de soluciones coercitivas, que lo único que consiguen es encabronar más a un personal que tampoco necesita que lo animen, pero es que cuando alguien se pasa por ahí mismo toda la cordura posible, lo que se precisa no son amenazas de collejas, sino alguien que se las dé de verdad. Eso de que "mira que me vais a hacer enfadar" que soltó en la noche del viernes, no tiene un pase, sencillamente porque conocemos al personaje y el personal que le escuchaba aplaudía, aunque no sé muy bien qué. Lo del pito del sereno, viene que ni pintado para una situación en la que no vale esconderse. Las mejores soluciones son las que no se anuncian y es hora ya de que alguien haga algo para no prolongar una agonía que empieza a aburrir y eso es peligroso.

Por cierto, ahora que me acuerdo, la mayoría de las veces los Madelman terminaban con la cabeza fuera de su sitio, no sé si pillan la analogía.

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