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Francisco Rodríguez

"El PSOE tiene que sacar a la gente de casa para que lo vote, eso es lo difícil"

  • Se afilió al PSOE con 18 años y desde entonces no ha dejado de trabajar por el partido. Ha participado en todas las transformaciones que ha experimentado la ciudad en los últimos 30 años

Francisco Curro Rodríguez (Sevilla, 1946) no estuvo en la histórica foto de la tortilla por casualidad. Sí lo está su mujer, Mari Martín, la única impar en la instantánea de los jóvenes que hicieron la Transición y a los que Manuel del Valle inmortalizó en un pinar de La Puebla del Río, según recuerda este socialista que empezó a militar a mediados de los años 60. Él está en otra foto histórica, la de la primera corporación democrática del Ayuntamiento de Sevilla, donde con ilusión y la experiencia adquirida en la empresa privada supo modernizar la Casa Grande. En ella ha vivido diferentes etapas: tras 12 años como concejal de gobierno, ya fuera se encargó de coordinar los planes de seguridad de la Expo. Tras un paréntesis de ocho años, y antes de ser nombrado senador y luego representante del consejo de la RTVA, volvió al Ayuntamiento como asesor del actual alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín.

-¿En qué etapa se ha transformado más Sevilla?

-En los primeros mandatos lo que se transformó más fue el Ayuntamiento, que estaba hecho unos zorros. No teníamos apenas presupuesto y tuvimos que subir las tasas, no era fácil. Concejales como Javier Queraltó tenía que comprar de su bolsillo papeles para sacar los planos. Yo tuve la ventaja, entre comillas, de conocer bien cómo estaba el Ayuntamiento al hacerme cargo del gobierno interior.

-De Personal, ¿no?

-Había un personal muy mal pagado y sin medios.

-En ese tema se ha evolucionado muchísimo, fíjese los conflictos y las plantillas actuales...

-El personal se llevaba el 90% del presupuesto, luego se fue saneando y sólo suponía un 60%, se fue racionalizando todo.

-¿Y cómo lo hizo?

-Yo tenía la experiencia de la empresa privada y creamos un gabinete de organización y método. Expertos como José Moya, presidente de Persán, participó. Y trabajamos muy bien con los funcionarios que ya había. Además, entre el tripartito había muy buena unión y todo fue muy fácil. Fuimos los que informatizamos el Ayuntamiento.

-¿Hizo cursos?

-En la IBM en Bruselas. Cuando llegamos sólo había máquinas enormes para hacer facturas.

-Lograron sanear las arcas municipales, ¿qué consejo daría ahora que están en una situación difícil? Se critica el excesivo personal de confianza, por ejemplo.

-Me sorprende que la oposición critique eso. Cuando el PSOE se fue tras 12 años de gobierno dejó unos 30, más o menos, cargos de confianza. Y cuando volvimos, después de ocho años de derecha, había ciento y pico de personas. ¿De qué hablan?

-Se hizo cargo de Personal y de Cementerio, ¿no?

-Sí, asumí esa delegación porque al compañero a quien le tocó en el reparto no quiso. En mi familia nunca ha habido cultura de necrofilia, así que fue todo un descubrimiento aquello para mí. Me impactó y aprendí mucho. Poco a poco se fue avanzando.

-¿Cuál fue el salto mayor?

-Con las corporaciones de Manolo del Valle. No quiero desmerecer a Luis Uruñuela, gran alcalde y gran persona. Pero las transformaciones no se hicieron en el primer mandato y algunas se empezaron, pero no se pudieron concluir. La clave fue la pre Expo.

-En la que usted participó coordinando la seguridad.

-Ya estaba fuera del Ayuntamiento, en la empresa privada. Me sustituyó Manolo García. Yo estuve en Australia, Japón... fue muy complicado pero apasionante. Y luego todo el mundo reconoció el éxito de organización. Aquí ya teníamos experiencia: eventos como la Semana Santa, la Feria y la Cabalgata nos proporcionaron ya una experiencia sobrada. Después también en los primeros mandatos hubo transformaciones grandes culturales, gracias a Ortiz Nuevo, del PA.

-¿Con qué etapa socialista se queda entonces? ¿Con la de Del Valle o con la de Monteseirín?

-Qué voy a decir... ¿Qué se hizo en ocho años de pacto de gobierno entre PP y PA? Además de los macetones, ¿qué se recuerda?

-El Estadio Olímpico.

-Sí, pero eso fue un tema de varias administraciones.

-¿Y de Monteseirín?

-Un gobierno tan denostado... Una cosa curiosa: la derecha no tiene tanta capacidad de voto. El PSOE no saca mayoría porque sus votantes se cabrean y se quedan en casa, pero el votante de Sevilla es mayoritariamente de centro-izquierda. La derecha lo que tiene es mucha incidencia mediática. Y no hablo de la derecha moderna...

-¿Todas son críticas infundadas?

-Cuando las cosas resultan bien se olvidan las críticas. ¿Qué no se dijo de la peatonalización de la Avenida? Yo estaba en el Senado y la gente me preguntaba qué barbaridad estábamos haciendo aquí y luego venían y se volvían encantados. ¿Y sobre los 45 minutos?

-¿Apoya el Plan Centro?

-¿Me puede decir alguien cuánto tiempo hacía que no se podía aparcar bien, legalmente, en el centro? Se puede circular y dejar el coche en los aparcamientos que hay en la Magdalena, Imagen, Albareda... como en cualquier gran ciudad europea. ¿Y sobre Asunción? Ahora quieren más peatonalizaciones.

-Hay quien dice que el problema del PSOE es de comunicación, que no sabe vender las cosas.

-La excusa de toda la vida. ¿Es que no lo vendemos bien o que hay quien no quiere comprar nada? Incluso hay quien no está dispuesto a colaborar en su venta. Y el PP tiene una red de medios a su servicio, o quizás al revés. Son campañas.

-De lo que usted entiende mucho es de campañas electorales. ¿Cómo ve el actual escenario?

-Difícil. Las crisis económicas no favorecen a los que gobiernan.

-Luego están también los candidatos. En la primera campaña de Monteseirín que dirigió usted él partía con desventajas, ¿no?

-La hicimos con mucha ilusión y se montó bien. Hubo unas primarias: Alfredo contra el mejor de los adversarios, decíamos nosotros, José Rodríguez de la Borbolla. Las agrupaciones votaron a Alfredo. Él estaba en la Diputación pero no era muy conocido, las primarias facilitaron el nivel de conocimiento porque crean expectación al ciudadano, y luego hicimos una campaña muy aseada, visitando los barrios.

-¿Nada especial?

-Los contratos programa. Eso fue clave, un acierto. Firmamos más de cien en la primera campaña,en la segunda más de trescientos... Y era difícil. Luego, debo reconocerlo, Alfredo tenía muchas virtudes, pero tenía defectos.

-¿Cuáles?

-No era capaz de arreglarse bien, había que elegirle las corbatas, camisas y los zapatos... Daba una imagen de alguien que no iba a ser capaz y lo es sobradamente. Esa imagen se ha vendido intencionadamente. Siempre ha tenido a Sevilla en la cabeza y ha sido el promotor de casi todo.

-¿También de las setas?

-No digo que sea él quien haya dicho que se hicieran, pero lo que sí sabía era que había que cambiar la Encarnación y lo ha hecho. Tenía en la cabeza que la movilidad no podía ser la que era, que había que ganar espacio para el ciudadano en la ciudad... y el carril bici, todo el mundo dice que IU, pero el alcalde también apostó por él. Alfredo ha tenido el carácter suficiente y se ha echado para adelante y ha hecho mucho.

-¿Ésa es la clave para que vaya a estar 12 años?

-Cuando se presentó se enfrentaba a Soledad Becerril y Alejandro Rojas Marcos. Ambos son dos demócratas convencidos y nada más que por eso les tengo cariño y admiración. Alfredo quedó por detrás de Soledad, pero también es verdad que Soledad y Alejandro quedaron por detrás de Luis Yáñez antes. La democracia permite eso, los pactos, y lo usamos. Fue una sorpresa que Alfredo fuese alcalde. Pero para nosotros no lo fue.

-¿Con qué socio ha sido más fácil gobernar?

-Yo estuve más tiempo con el PA que con IU, pero por lo que tengo oído ha sido más llevadero con IU, porque ha habido un gobierno unitario. El PA siempre quería mucho protagonismo, creo que más por la personalidad de Rojas Marcos que por le partido.

-¿Lo tiene Juan Espadas más difícil que aquel primer Monteseirín?

-En aquella época gobernaba el PP a nivel nacional y esa dificultad hoy no existe. Creo que va a ser el próximo alcalde y que será magnífico. Tiene cierto parecido a Alfredo, en el sentido de que es un hombre trabajador, que tiene la política en la cabeza, humilde. Cuando me decían que Alfredo no tenía carisma yo preguntaba, ¿y quién lo tiene? Sólo recuerdo uno, a Felipe. Es algo que decimos cuando no nos gusta alguien.

-¿Lo tiene fácil entonces?

-Hay que sacar a la gente de su casa para que vote.

-¿No se ha dado a conocer muy tarde al candidato Espadas?

-El partido tiene sus tiempos. Personalmente yo lo hubiera nombrado antes.

-¿Se cree las encuestas?

-No las sigo mucho. Yo tengo algo muy claro: las encuestas son instrumentos. En el Ayuntamiento hacíamos una cada dos o tres meses para ver qué estaba fallando o funcionando.

-Dan mayoría al PP y algunas apuntan que el PA puede reaparecer.

-Yo al PA no lo veo. Todo está muy polarizado. El PA salió en un primer momento cuando PSOE y UCD estábamos bien y luego salió cuando nosotros estábamos dudosos y Rojas Marcos hizo una campaña de seis meses que no sabemos todavía cuánto costó. No creo que el PA absorba votantes del PSOE ni del PP, que está fuerte.

-Hablando de otras épocas, estos días se ha recordado la figura de Felipe González dando su nombre a una biblioteca. No parece mucho.

-Me da mucha pena que no hayan sido capaces de encontrar la unanimidad para algo más. La Junta de Andalucía reconoció a Soledad Becerril y José María Aznar fue reconocido en su pueblo por un gobierno que era del PCE. Hasta ahí llega la mezquindad de nosotros mismos algunas veces.

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