guasapeando que es gerundio

"Amo la Alpujarra desde que mi madre me curó con agua de la Fuente Agria"

  • Eduardo Castro emula a Pedro Antonio de Alarcón y publica una extensa crónica sobre un viaje por esta comarca

  • Dice que es un lugar donde la vida sigue teniendo todo su sentido

Eduardo Castro y Andrés Cárdenas, con un ejemplar de 'La Alpujarra en caballos de vapor'.

Eduardo Castro y Andrés Cárdenas, con un ejemplar de 'La Alpujarra en caballos de vapor'.

Nació en Torrenueva. Veterano periodista que ha puesto su firma en muchos medios. Fue corresponsal en Andalucía de la BBC y estuvo en el consejo fundacional del Diario de Granada, aquel periódico valiente. En 1983 ingresa en TVE. ¿Quién no recuerda Por las rutas del vino? Columnista y escritor, tiene en su haber varios libros de ensayo, poesía y novela. Es miembros del Consejo Audiovisual de Andalucía y académico de las Buenas Letras. En la pasada Feria del Libro presentó La Alpujarra en caballos de vapor, una extensa crónica de un viaje en automóvil realizado por él entre el invierno y la primavera de 1984, siguiendo los pasos de Pedro Antonio de Alarcón. Nuestro entrevistado de hoy se llama Eduardo Castro Maldonado, un marengo enamorado de La Alpujarra.

-¿Cómo estás, Eduardo? ¿Cuándo te jubilas?

-Pues sigo bien, pero deseando jubilarme, aunque solo de mi cargo en el Consejo Audiovisual, porque de la condición periodística y la vocación literaria no pienso hacerlo hasta que me muera.

-¿Y qué pasa para que no lo hagas?

-Pues que tanto PSOE como PP parecen reacios a la renovación de los organismos públicos y el respeto a la pluralidad actual. Nosotros llevamos ya un año y medio en funciones, sin que los grupos parlamentarios se pongan de acuerdo para nuestra sustitución.

-¿Dónde pasarás las vacaciones?

-En casa con mi esposa y los que vengan a vernos, salvo contados días que bajemos a la playa o nos escapemos a algún destino todavía por determinar.

-¿Irás algún día por la Alpujarra?

-Como siempre, supongo que es algo consustancial con mi persona, desde que mi madre me curó el raquitismo con el agua ferruginosa de la fuente Agria de Pórtugos. O, al menos, eso fue lo que ella me contó y a mí me gusta creer.

-Y siendo de la Costa, ¿cómo es que te dio por la montaña?

-Quizás lo lleve en los genes. Mi tatarabuelo fue un Castro que se instaló en Lanjarón procedente de Galicia. También está el episodio de mi enfermedad infantil. Y todo eso tal vez haya marcado mi amor por la Alpujarra.

-Por cierto, ¿cómo va tu libro sobre esa comarca?

-Habría que preguntarle al Servicio de Publicaciones de la Diputación, si es que existiera algún responsable de controlar las ventas. Aunque aún no se haya presentado ni en la propia Alpujarra, me consta que varias amistades han podido adquirirlo en ciudades tan alejadas como Sevilla o Murcia, pidiéndolo a través de alguna librería.

-Se llama 'La Alpujarra en Caballos de Vapor'. ¿Y ese título?

-Alarcón tituló su obra La Alpujarra: sesenta leguas a caballo, precedidas de seis en diligencia, y yo quise especificar también mi medio de transporte, que había sido el automóvil, es decir, los "caballos de vapor".

-Pero tú ya escribiste una 'Guía General de la Alpujarra', un hermoso libro.

-En aquella guía aparecía buena parte del relato de ahora, junto a las fotos de Pepe Garrido y textos complementarios de un buen número de amigos. Como la editó La General se tuvo que llamar Guía General, y como la Caja quiso que fuese solo "de la Alpujarra", se quedó fuera todo el trayecto entre Granada y el puente de Tablate, que aquí he recuperado.

-No sé tú, pero yo a mucha gente que veo estresada o nerviosa le recomiendo que se dé una vuelta por la Alpujarra.

-Me parece la mejor recomendación que se puede hacer. Y me da lo mismo que la vuelta sea por la Alpujarra alta o por la Contraviesa, por las cumbres nevadas o por las playas del litoral, por la Alpujarra de Granada o por la de Almería.

-¿Crees que, desde que hicieras aquel viaje hace 30 años, la comarca ha mejorado o ha empeorado?

-En casi todos los aspectos ha mejorado, y mucho, si bien no todo el progreso observado ha ido en sentido positivo. Pero desde el punto de vista viajero y turístico, sobre todo en cuanto a restauración y hostelería, la mejoría es obvia e indiscutible.

-Recomienda un sitio a los lectores para ir.

-No podría recomendar uno solo. Cualquier pueblo o rincón alpujarreño es bueno para alejarse del mundanal ruido y olvidar el estrés del trabajo y los sinsabores de la vida.

-Y un vino que puedan probar.

-También hay ya bastantes vinos de calidad en la zona, aunque yo siga teniendo querencia por los de Manolo Valenzuela y su Barranco Oscuro.

-Y, ya puestos, un jamón.

-Pues te digo lo mismo que con el vino, cualquiera de los que ampara la denominación Trevélez puede tener la calidad suficiente para su recomendación, pero mi querencia en este caso son los de Joaquín González, que desgraciadamente falleció el pasado 20 de mayo.

-Para ti, ¿ha habido o hay un personaje clave para esta comarca?

-En mi libro aparecen varios personajes que podrían etiquetarse así, pero si tengo que destacar uno, sin duda ha sido Gerald Brenan y su imprescindible Al sur de Granada.

-¿Cómo te gusta recordar a Brenan?

-Como un entrañable conversador con el que disfruté mucho compartiendo en distintas ocasiones un buen vino tinto, acompañado de queso manchego y carne de membrillo, que era lo que más decía gustarle.

-Hay personas allí que no tienen en buena estima al hispanista.

-Bueno, es que no todo en su persona fue tan agradable y positivo como su libro. También tuvo su lado oscuro, sobre todo en su relación con la joven sirvienta que sedujo en Yegen y a la que, cuando regresó ya casado con su esposa Gamel, no tuvieron reparo en "convencer" para llevarse con ellos a la hija, de la que nunca más ella volvió a saber nada.

-Elige: ¿Brenan o Alarcón?

-Literariamente, Alarcón. En todo lo demás, Brenan.

-Paco Izquierdo también escribió un buen libro sobre la Alpujarra.

-Sí, El Apócrifo de la Alpujarra alta, otro libro recomendable para los amantes de la comarca y la buena literatura.

-¿Has intentado alguna vez cantar trovos?

-Lo intenté una vez, entrometiéndome en una picaílla entre Miguel 'Candiota' y Manolo Valenzuela, pero sólo conseguí mal cantar un par de quintillas, y a destiempo.

-Una vez jubilado... ¿te irías a vivir allí?

-Yo creo que me quedaré donde ahora vivo, que es en Monachil, sobre todo por la cercanía a la ciudad, pero sin duda iré a la Alpujarra con mayor frecuencia que ahora.

-Defíneme en pocas palabras lo que es La Alpujarra.

-Uno de los pocos lugares conocidos donde la vida aún sigue teniendo todo su sentido.

-Tú, que también eres periodista, ayúdame a ponerle un titular a esta entrevista.

-El marengo enamorado de la Alpujarra.

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