El Ayuntamiento de Loja no renuncia a tener una estación de autobuses como se merece la ciudad, pero mientras la Junta de Andalucía da el visto bueno a la ubicación propuesta por el consistorio en el paraje del Mantillo e incluye una partida presupuestaria para edificarla, la deprimente situación en que se encontraba la anterior parada junto a la piscina Yola ha cambiado radicalmente y desde ayer se cuenta con un nuevo apeadero acristalado, amplio, dotado de bancos e iluminación, accesibilidad para personas con movilidad reducida e información que mejora ostensiblemente la espera de los viajeros.

Para llevar a cabo estos trabajos se ha contado con personal municipal y este fin de semana ya podían beneficiarse de su existencia los viajeros que transitan por línea de autobús, con parada o partida desde Loja.

El primer edil lojeño, Joaquín Camacho, expresó su satisfacción por poder contar con un espacio adecuado para el fin que persigue, aunque añadió inmediatamente que "tener esta nueva instalación no supone renunciar a la estación de autobuses que Loja se merece y que llevamos esperando un buen número de años". "Deseamos -ha dicho el alcalde- que esté aquí el menor tiempo posible".

El total de la obra, diáfana, moderna y acogedora, -incluida mano de obra y materiales- asciende a unos 20.000 euros, según ha detallado el primer edil.