Más de un centenar de incidencias han llegado a la dirección del colegio Luis Pastor de Aprosmo, en las que los padres protestan por las condiciones en las que se encuentran los autobuses de la nueva concesionaria del transporte de estos alumnos con necesidades especiales hasta el centro motrileño.

Después de un mes desde que la empresa de hiciera cargo de este servicio, los familiares denuncian que continúan los problemas de seguridad. Las principales quejas se centran en que los vehículos no presentan anclajes suficientes y los que hay no son cuatro para cada silla de ruedas sino tan sólo dos o máximo tres, así como la falta de sitio.

Entre las incidencias puestas de manifiesto, figura que varios niños han tenido que ser desplazados en repetidas ocasiones por sus propios progenitores hasta el colegio en sus vehículos privados, porque el bus presentaba falta de espacio para prestar este servicio que pagan los alumnos.

Asimismo, los jóvenes llegan tarde a clase, porque -según aseguran las familias y personal del centro educativo- no se cumplen los horarios. El aula matinal también se ha visto reducida en número de participantes, puesto que sólo pueden acceder a la misma los que puedan ser transportados por sus propios familiares. De ahí que haya pasado de 40 alumnos a 4. En cuanto al aula de tarde, también se ha mermado de 20 a 4.

Francisco Pérez, uno de los afectados, señala que estos niños no pueden permanecer más de una hora en el autobús, "y están hasta hora y media", porque "no ponen más autobuses".

Otra madre, en la parada del autobús comenta cómo a su hija le acaba de dar una convulsión a la hora de subir al autobús, debido a los problemas de acondicionamiento.

Hasta el momento han celebrado reuniones en el centro para estudiar posibles movilizaciones ante "la falta de respuesta" de la delegación de Educación.