La Sección de Rescate e Intervención en Montaña (Sereim) de la Guardia Civil de Granada realizó el año pasado 76 intervenciones, una minoría por hechos fortuitos, en las provincias de Jaén y Granada, que ha cerrado el año con tres víctimas mortales, la última el pasado 31 de diciembre.

Alrededor del 5 % de las intervenciones que ha protagonizado esta unidad especializada de la Guardia Civil han respondido a hechos fortuitos. Frente a este porcentaje, se han impuesto la falta de nivel técnico o la inexperiencia, una inadecuada preparación física, una mala organización de la salida a la montaña o la sobreestimación de las posibilidades de las víctimas, causas principales de los rescates.

Según detalla el teniente del Sereim, Rubén Santos, 63 de las personas rescatadas tenían heridas de diversa consideración, 27 ilesos y otros tres fallecidos.

El último siniestro con una víctima mortal en el que ha participado el Sereim se produjo el pasado 31 de diciembre, fecha en la que rescataron el cadáver de un joven de 30 años procedente de Murcia que cayó por un desnivel de gran altura cuando practicaba montañismo por la cara norte del Mulhacén. Según su acompañante, que alertó entonces al 112, la víctima había resbalado y caído por un fuerte pendiente en la zona de la Laguna de la Mosca.

Santos recalca que más del 90% de los accidentes se podrían haber evitado y recalca la necesidad de planificar una salida, avisar a familiares o amigos del destino de la ruta y abordarla con las condiciones físicas necesarias y el conocimiento del material que se va a usar en la montaña.

El Sereim de Granada está formado por 16 hombres especializados en montaña que trabajan en colaboración con los siete integrantes de la unidad de helicópteros de la Guardia Civil, que han participado en la mitad de los rescates. Junto a las escasas razones fortuitas de los accidentes o los provocados por cuestiones de salud como un infarto, una indigestión o una lesión muscular, la mayor parte de las peticiones de auxilio al Sereim responden a negligencias del rescatado.

La sobreestimación de las propias posibilidades del montañero, el uso de material inadecuado o deteriorado, la falta de nivel técnico o de preparación física y la mala consulta de las condiciones meteorológicas protagonizan las causas de la mayoría de los accidentes que forzaron un rescate.