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Los 'veraneantes' llenan las playas y las carreteras de la Costa

  • La A-44 registró ayer retenciones de ocho kilómetros en dirección al litoral

  • Los locales turísticos registran una de las mejores ocupaciones del año

La Operación Salida de Semana Santa registró ayer complicaciones en las carreteras de la provincia en el marco de un éxodo masivo de conductores hacia la Costa, según la Dirección General de Tráfico, que provocaron retenciones en 8 kilómetros en la A-44 a la altura de la capital granadina, y que justifican una vez más la necesidad de la Segunda Circunvalación de Granada.

Las altas temperaturas, cercanas a los 30 grados, más veraniegas que primaverales, junto a varios días de asueto, animaron a miles de conductores a olvidarse del trabajo y a acercarse al litoral granadino a disfrutar de estas "pequeñas vacaciones", aunque en algunos casos fuese de ida y vuelta.

En algunas localidades, como Salobreña, ya funcionaba la zona azul en las inmediaciones del paseo, una medida que se tomó para permitir la rotación de aparcamientos. A pesar de ello, alrededor de la una del mediodía se encontraban pocos lugares donde estacionar, debido a la presencia de una gran cantidad de turistas.

A esta hora, el litoral granadino registraba ya un magnífico ambiente, con multitud de bañistas tendidos sobre la arena, mientras que muchos otros se decidían a refrescarse con un baño.

En la arena, los más pequeños jugaban con las piedras o con las olas, mientras que los adultos tomaban el sol en las tumbonas o en sillas, para ir tomando algo de color en la piel para 'aguantar' los meses que quedan hasta que llegue el verano.

Y es que el Jueves Santo, bien entrado el mes de abril, es sinónimo de éxito para los establecimientos de playa, pues el calor invita a numerosos clientes a comer en las terrazas de chiringuitos y restaurantes. Estos últimos tuvieron que reforzar sus previsiones ante los datos de unas de las mejores ocupaciones de los últimos años. Incluso las tiendas aledañas a la playa, como la panadería Pereira, que a la una ya apenas le quedaban existencias, pues los visitantes y vecinos habían arrasado con todo.

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