UN ACTOR EXCEPCIONAL

“Quedaría satisfecho si al ver la película la gente reconoce sus errores”

  • El actor Pablo Pineda se enfrenta con ilusión al rodaje de 'Yo también'

El fuerte de Pablo Pineda es la comunicación. Se mueve como pez en el agua entre cámaras y micrófonos y su charla es divertida. “Ya estoy acostumbrado”, comenta con seguridad, aunque confiesa que nunca sospechó que respondería a una entrevista en calidad de actor. Ya ha comparecido ante el presidente del Gobierno central y la Junta de Andalucía en la entrega de dos de las medallas que posee, la de Andalucía y la de la provincia malagueña. Y lo suyo son las charlas sobre integración y discapacidad. Con ellas ha recorrido gran parte de España, sobre todo, desde que acabó su contrato laboral en el Ayuntamiento de Málaga hace ya dos años “porque se acabaron los fondos europeos y ya se sabe...”. Asegura que está cansado de tanto viajar y su soltura sorprende a quien cree que simplemente escuchará a un trisómico.

Este desparpajo es la que “alucinó”, según sus propias palabras, a los directores de Yo también, la película que protagoniza junto con Lola Dueñas.  Su mejor casting fue el reportaje “La tesis de Pablo” emitido en el programa Documentos TV y que narra su historia. “Yo me resistí al principio, era una faceta que desconocía, pero me fueron pinchando,  hice una prueba y me gusté a mí mismo, hasta el punto que me metí a saco en el proyecto”, comenta risueño casi sin creerse que pronto se convertirá en el actor del momento. “No hay dos sin tres, primero fue Alberto Domínguez, que actuaba en la serie Médico de Familia y luego Guillem Jiménez, que protagonizó la película española León y Olvido”, comenta. Él está preparado para el éxito y asegura que será muy selectivo tras el estreno: “Sólo iré a programas serios y de información, nada de prensa rosa”, advierte consciente de que el argumento de la película puede dar lugar al morbo.

Pablo Pineda se daría por satisfecho si la película logra romper alguna barrera. “Espero que todo el mundo que la vea se dé cuenta de lo que hay, se refleje en ella y sea capaz de reconocer sus errores; lo primero que hay que hacer para romper algo es conocer su existencia”, explica con un discurso fluido y sereno.

Los técnicos del rodaje coinciden: el malagueño no sólo comunica bien, también interpreta. “Son temas que uno ha vivido durante muchos años y a los que me enfrento todos los días: prejuicios, tabués y la lucha constante por demostrar que tú puedes”, afirma.  La película no es autobiográfica, pero los directores se inspiraron en la figura de Pablo Pineda para escribirla. “El protagonista trabaja en la Administración  y es universitario, como yo, pero nada más, puede ser la vida de cualquier síndrome de Down”, explica.

Tampoco de cualquiera. Hay pocos casos como el de Pablo Pineda. Tiene dos carreras pero no puede sacarse el carné de conducir, por ejemplo. Su meta sería ejercer como docente, pero tampoco puede: “Yo estoy preparado, pero la sociedad no, nadie espera llevar a su hijo al colegio y encontrar a un profesor con mi síndrome”. Le gustaría formar una familia, pero ahora no tiene ninguna relación. “¿Cuál es la chica adecuada para un chico con síndrome de Down? Ellas se fijan en el físico, en las apariencias y no se meten en el interior. Buscan chicos guapos y nosotros no somos apetecibles sexualmente... es duro”, reflexiona el actor. Por ahora, se conforma con salir con sus amigos, ver fútbol y disfrutar de la compañía de sus padres, con los que vive. “Me gustaría independizarme, pero la cosa no está fácil, aunque seguir en casa no está del todo mal, tiene ventajas como tener la comida lista, la ropa y seguir haciendo lo que uno quiere”, bromea.

El rodaje continúa y los técnicos piden silencio. Pablo se pone los cascos y sigue escuchando música en su teléfono móvil. Los 40 principales, como cualquier chico de su edad. Le encanta el pop y el cine social.

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