Jesús Guerrero. Guitarrista

"Si esperas el disco de tu vida te mueres y no grabas nunca"

  • El músico isleño se estrena este lunes en el mercado discográfico con 'Calma'. El trabajo cuenta con el sello de Flamenco de la Isla y la producción del jerezano José Quevedo 'Bolita'.

-Deseando ya que este disco esté en la calle...

-Sinceramente sí, porque ha sido un proceso largo y bueno, uno quiere ya tenerlo en las manos. No ha sido una grabación cualquiera porque lo he hecho con José Quevedo 'Bolita' en su casa, y bueno, como él es guitarrista y tiene su vida y yo tengo la mía, hemos estado cuadrando fechas para ir sacándolo adelante. Al final hemos estado un año y pico, cuando a lo mejor en un mes, si nos hubiéramos puesto, se podría haber hecho. Pero bueno, el título 'Calma' recoge bien el proceso y la verdad es que he quedado satisfecho.

-¿Qué ha sido lo peor?

-Para mí quizás el proceso posterior a la grabación, el de la mezcla y el máster, porque hay que escucharlo veinte mil veces y ver los pequeños defectos. Uno quiere que lo que tiene en la cabeza esté reflejado ahí y bueno, quizás ha sido duro pero el resultado es toda una recompensa.

-Porque ese proceso a veces la gente no lo valora ni lo tiene en cuenta...

-Está claro, y en mi caso más porque a mí el estudio no me gusta mucho, yo prefiero el escenario. El estudio para mí es muy frío y a pesar de que con 'el Bola' es diferente, porque es en su casa y cuando no tenía el día, al estar en casa de un amigo, me quedaba allí con él y comía con su familia. Que por cierto, su mujer Eva guisa muy bien (risas). Eso hay que valorarlo, porque al final lo que quieres es que quede bien, más si cabe si es el primero, como ocurre en mi caso.

-Y el resultado, ¿es el que quería o se queda con alguna cosa pendiente?

-No, creo que lo que se escucha en el disco soy yo. Está claro que habrá gente a la que le gustará más y otra a la que le gustará menos, pero personalmente estoy contento. No he querido buscar ni efectismo ni nada de eso, he grabado lo que he querido. Además, pienso que como este disco no voy a tener ninguno, porque la carga sentimental que tiene este disco no la va a tener otro.

-¿A qué se refiere?

-Que hace tres años que perdí a mi madre y eso es un palo que te da la vida y difícil de superar y sobre todo asimilar. Hay madres y madres, y la mía era alguien que lo daba todo por sus hijos y que a pesar de haber estado mucho tiempo mala, porque teniendo yo ocho años le diagnosticaron leucemia, ha estado ahí luchando por su familia. Ella tenía muchas ganas de vivir y que se te vaya así es un palo gordísimo, y tanto yo como mis hermanos lo hemos pasado mal. La mayoría de las composiciones están hechas en esa mala época, por eso digo que ese sentimiento de pérdida y angustia queda reflejado en la composición, me he desahogado así.

-El lanzamiento oficial es mañana. Cuando lo veas por fin en la calle, ¿se acordará de ella?

-Por supuesto, de mi madre y de mi padre, que son las dos personas que me han apoyado desde el principio. Ellos me llevaron por primera vez a Jerez a dar clases con José Luis Balao, y ella, cuando vio la pinta que tenía el maestro decía, '¿aquí te voy a traer yo con este gachó?' (risas). Ya luego, cuando conocimos a José Luis, con lo buena persona que es, todo cambió. Mis padres siempre me apoyaron, aunque yo también puse de mi parte estudiando magisterio. Lo que soy hoy en día se lo debo a ellos, por eso nada más que lo abres la dedicatoria que hay está dedicada a los dos. Creo que desde donde esté ella estará orgullosa, porque además cada vez que me subo a un escenario en la primera persona que pienso es en ella.

-Ya que habla de José Luis Balao, ese maestro de tantos guitarristas. ¿Qué le ha aportado?

-Mucho porque es una persona con una mente muy abierta. Quizás su manera de enseñar no sea ejemplar pero a mí me puso las pilas porque tiene un tipo de composición que es compleja y te hace tener que estudiar mucho. Incide mucho en la técnica y la armonía con temas como 'La Catedral' y 'Desvairada', que todavía recuerdo. Para mí ha sido una persona influyente en mi vida como guitarrista.

-Lleva usted desde los 11 años tocando la guitarra, ahora que tiene ya 30, ¿era necesario tener por fin un disco propio?

-Creo que sí. Siempre he tenido respeto a sacar un disco porque pensaba en el qué dirán. Sin embargo, conforme uno va madurando te das cuenta de que eso no merece la pena, hay que hacer lo que uno siente. Sí que es verdad que hay que tener una madurez para sacar un disco porque con 15 o 16 años si grabas uno, no tendrás ni personalidad ni vivencias, a no ser que seas un genio como Paco de Lucía. E incluso Paco grababa cosas de Sabicas... Cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo he considerado que mi momento era éste, porque he trabajado mucho para baile y eso te exige desarrollar esa capacidad de composición. Lo importante es compartir la música, si te quedas esperando el disco de tu vida, te mueres y no grabas nunca.

-Lo que sí parece es que tenía clara la idea de disco que quería grabar...

-Sí, desde el principio. Desde que 'el Bolita', en aquella gira que hicimos con Miguel Poveda de 'Artesano' en la que íbamos los dos y Manuel Parrilla, me insistía en grabar, he tenido las cosas claras. Él me dio ese empujón que faltaba, porque si no hubiera sido por él, hubiera estado todavía tonteando.

-Hábleme del disco en profundidad...

-El disco tiene nueve temas y hay absolutamente de todo, rondeñas, granaínas, alegrías, bulerías, hay variedad. En cuanto a colaboraciones tengo la suerte de contar con Alba Carmona, mi novia, con María, la Niña Pastori, que ha grabado una bulería y para mí es un orgullo porque es una artista de mi tierra y que la escucho desde que empecé. No me quiero olvidar de un tema que ha grabado Alejo Martínez, un músico cubano que vive en Cádiz y que ha participado en una versión que hemos hecho de una pieza de Hugo Fattoruso, un músico uruguayo, porque a mí me encanta la música sudamericana.

-Aparte de Alejo hay muchos músicos 'exóticos' por llamarlos de alguna manera...

-Bueno, sobre todo en el tema de la percusión he querido contar con gente diferente. En España tenemos percusionistas increíbles, caso de Paquito González, que también participa en el disco, Antonio Coronel, El Pájaro, Chaboli, pero tenía ganas de recurrir a otros colores, por eso he contado con el israelí Itamar Doari y Aleix Tobías.

-Lo que sí veo es que los títulos son al menos sugerentes...

-(Risas) Sí, yo eso de llamar a las cosas como hace todo el mundo no me gusta por eso he buscado lo que en ese momento sentía. Con 'Anne Frank', por ejemplo, fue curioso porque es un tema que surgió porque me estaba leyendo el libro 'El diario de Anne Frank' y coincidió en que fuimos a Amsterdam. Estuvimos en su casa y después, nada más llegar al hotel, me surgieron una serie de sensaciones y el tema salió solo.

-Antes habló de Niña Pastori, que junto a El Trini, Joaquín de Sola, Jesús Castilla, Manuel Urbina, Juani de la Isla o usted forman parte de la última generación de artistas de San Fernando. Hay relevo, ¿no?

-Sí, afortunadamente vamos saliendo más. El gran problema de la Isla es la comodidad de la gente porque conozco a gente que toca y canta muy bien, pero no se ha movido allí. Yo con 21 años me fui a Sevilla con una mano delante y otra detrás y probé. De un tablao fui a la academia del bailaor Manuel Betanzos, allí me escuchó Poveda y me llevó con él, y con él me escuchó Encarnita Anillo y me llamó Farruquito. Esto funciona así, ahora, a tu casa no a va venir a llamarte nadie. En este tema quiero destacar también la labor que está haciendo Javier Fernández 'Chico' de 'Flamencodelaisla', mi cuñado Lolo Pichardo de la 'Venta de Vargas', pues mira, le están dando un aire fresco y sobre todo movimiento.

-¿Qué opina usted de lo que se hace actualmente?

-No sé, en mi opinión falta personalidad. Pasa en todo, gente que lo hace muy bien pero que luego no te dice nada. Lo difícil hoy día es buscar un sello porque técnica ya tiene todo el mundo, eso es atletismo, si te llevas siete u ocho horas al final corres.

-Y ahora, con el disco en la calle, ¿qué se plantea?

-Hombre, al menos defenderlo por ahí en solitario. Está claro que yo no voy a dejar de acompañar, primero porque el mundo de la guitarra está complicado, y nadie se va a desmayar cuando escuche el disco, y segundo porque hay que comer y pagar la hipoteca. Desgraciadamente, el círculo de festivales de guitarra que hay y la cabida que tiene en España es muy pequeño, eso no te da pa comer ni pa pagar, lo que te lo da es trabajar pa el cante y el baile. Ahora bien, que sale una galita o dos al mes, pues genial, porque la satisfacción que te da ir a un sitio y verlo lleno de gente que va a verte a ti, eso no te lo da lo otro.

-Usted acompaña a Poveda o Niña Pastori, dos referentes en sus facetas. ¿Se siente un privilegiado por ello?

-Claro que sí, para mí es un orgullo, aunque luego hay que defenderlo, pero bueno, afortunadamente se me planteó la oportunidad y ahí sigo, porque hay gente a la que ni siquiera se le ha planteado la oportunidad.

-Porque hoy día es importante tocar bien, pero también ser casi relaciones públicas...

-(Risas) Como lo sabes. Hoy día si vas a un sitio no te puedes quedar en una esquina sin hablar, hay que relacionarse y tener un trato cordial con todo el mundo. Yo en ese sentido ya he dejado mi timidez a un lado, aunque eso no implica que tenga que hacer la pelota a nadie, eso no va conmigo, hasta ahí no llego. Prefiero llegar a los sitios por mis méritos que por enchufes, porque al final eso cae por sí solo.

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