Cómo alimentarse durante la fiesta

Comida santa y sana

  • Los expertos aconsejan tomar alimentos ricos en proteínas e hidratos durante la Semana Santa y evitar las frituras. Una buena hidratación es clave para prevenir posibles mareos.

El desgaste físico durante los días de Semana Santa puede pasar factura si no se tienen en cuenta algunas pautas de alimentación. La fatiga y la ansiedad, consecuencias habituales de las prisas, la bulla y el calor, pueden verse mitigadas si se ponen en práctica los consejos que los expertos en nutrición recomiendan seguir tanto al público en general como a los costaleros y nazarenos que van a realizar la estación de penitencia.

Garbanzos con espinacas, bacalao con tomate, pestiños, torrijas y nazarenos de caramelo. Son algunos de los productos estrella de la gastronomía cuaresmal que alcanza su cenit entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección. Una semana en la que regresan los hábitos de antaño y se dispara el consumo en la calle. Prevenir es la mejor de las curas. "Por lo general no hay alimentos malos y buenos, sino malas estrategias a la hora de planificar la ingesta", sostiene el nutricionista Álvaro Román.

 

El lugar que se ocupa en la cofradía es determinante para saber cuáles son los alimentos más adecuados y qué cantidades tomar. En la medida de lo posible, es preferible comer en casa, en especial en un ambiente familiar, tranquilo y sin perturbaciones como la televisión, la radio o los móviles. "De este modo se facilita una buena digestión", señala Román. En el caso concreto de los costaleros, es importante que estén previstos en todo momento de reserva energética. Las altas temperaturas del interior de los pasos y los elevados kilos que soportan provocan un exceso de deshidratación que hay que prever. Los mejores alimentos para los hombres del costal y para los nazarenos son los ricos en hidratos de carbono -guisos de legumbres, arroces, y pasta- y en proteínas -carne y pescado- que aportarán la fuerza necesaria.

 

También influye en la valoración de los macronutrientes la duración de la salida procesional y la distancia que se va a recorrer. En este sentido, es importante tener en cuenta la cuantía a tomar para no sobrepasarse. "Cualquier exceso nos puede repercutir en una mala digestión o en una mala asimilación de los alimentos ingeridos, lo que podría tener consecuencias no deseadas", explica Román, que recomienda controlar la ingesta de ciertas verduras debido a que contienen abundante agua y pueden provocar una diuresis anticipada o repetitiva, es decir, que las ganas de orinar durante la estación de penitencia aumenten de forma considerable. También es aconsejable evitar las grasas y las comidas copiosas, en especial las frituras, para evitar malestar o pesadez.

 

Las aglomeraciones de personas y la falta de líquidos son las causas frecuentes de los mareos y lipotimias durante la espera de los cortejos procesionales y las salidas penitenciales como tales. Para evitar estas situaciones, Román hace hincapié en el agua como elemento esencial y universal para conseguir una buena hidratación y calmar la sed, aunque con siempre con mesura. También los zumos y las bebidas azucaradas ayudan a prevenir los desvanecimientos. 

 

Es posible recurrir a las bebidas fermentadas, tales como la cerveza y el vino. No obstante, Román recuerda que hay que realizar siempre un consumo moderado en caso de que lleven alcohol. Por el contrario, rompe una lanza a favor de la cerveza sin alcohol: "Se trata de una fuente de hidratación muy alta al ser un 90% agua, y nos aporta proteínas e hidratos de carbono, así como sales minerales como el potasio o el fósforo, vitaminas del grupo B y es pobre en sal".

Una vez terminada la estación de penitencia, reponerse del esfuerzo físico realizado se convierte en una tarea imprescindible. "Es recomendable un buen aporte de hidratación, como zumos de frutas, y elegir un menú con proteínas e hidratos que permitan restablecer las reservas energéticas empleadas".

 

Las personas que conforman los grupos de riesgos son las que deben tener especial consideración con la nutrición durante estos días tan señalados. Se incluyen en este segmento de población los ancianos y quienes tienen exceso de azúcar. También los niños.

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