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"Mañana podemos quedarnos sin agua"

  • Casariche, Lora de Estepa y Badolatosa buscan soluciones a la sequía como la explotación de nuevos pozos y el embalse de Malpasillo

Cauce de un río a su paso por Casariche.

Cauce de un río a su paso por Casariche.

La Sierra Sur se seca. "Mañana podemos quedarnos sin agua". El alcalde de Badolatosa es tajante. "No sabemos hasta cuándo vamos a tener agua, el acuífero se puede agotar en cualquier momento". Su semblante refleja preocupación. Son ya varios meses pendientes del nivel del pozo de El Puntal, que abastece a cuatro municipios de la Sierra Sur: Casariche, Lora de Estepa, La Roda de Andalucía y Badolatosa, que gestiona el acuífero, además de la pedanía de Corcoya.

El alcalde de Badolatosa, Antonio Manuel González, y el concejal Custodio Borrego El alcalde de Badolatosa, Antonio Manuel González, y el concejal Custodio Borrego

El alcalde de Badolatosa, Antonio Manuel González, y el concejal Custodio Borrego

El jueves pasado, la situación era bastante crítica. El pozo, de 104 metros de profundidad, había rebasado de forma notable el nivel de emergencia y sólo había cuatro metros de agua. Los municipios afectados llevan meses estudiando diferentes soluciones, que pasan por la explotación del pozo de La Algaidilla, en el término municipal de La Roda de Andalucía, o el embalse de Malpasillo, pero ninguna de las dos opciones cuentan aún con las autorizaciones necesarias y el tiempo corre.

Los cortes de agua, de domingo a jueves de doce de la noche a siete de la mañana, afectan a unos 15.000 vecinos de la Sierra Sur, aunque no de la misma forma, depende de la altura del sector en el que habite, lo que hace que unos estén más concienciados que otros del problema.

Melania Calderón en su bar Melania Calderón en su bar

Melania Calderón en su bar / Víctor Rodríguez

Melania Calderón abre su bar a las cinco de la mañana pero hasta bien pasadas las ocho no tiene agua corriente. El local se encuentra en la parte alta de Badolatosa, uno de los sectores donde primero falta el agua y más tarda en recuperarla. "Abrí el 10 de junio, y pocas semanas después empezaron las restricciones", comenta la joven detrás de la barra del bar mientras sus clientes no pierden detalle de los dos periodistas forasteros que acaban de entrar.

La mujer asegura que se ve obligada a cerrar la cocina antes de tiempo para poder limpiar y dejar todo recogido antes de las doce de la noche, momento en el que cortan el agua. "Y si no sirvo tapas, los clientes se van", se lamenta. "Me está afectando muchísimo. Para empezar, tengo que gastar dinero en agua embotellada para que la máquina de café funcione por la mañana".

Uno de los clientes se suma a la conversación. "Te voy a decir algo, pero no digas mi nombre. Apunta ahí", exclama refiriéndose a la libreta. "Si los políticos en vez de haberse dedicado a hacer obras innecesarias hubieran construido presas y embalses, la situación sería diferente", asegura apoyando un vaso de vino en la barra.

"Mañana podemos quedarnos sin agua"Una fuente sin agua en el centro de Badolatosa. "Mañana podemos quedarnos sin agua"Una fuente sin agua en el centro de Badolatosa.

"Mañana podemos quedarnos sin agua"Una fuente sin agua en el centro de Badolatosa.

En la parte más baja del pueblo, apenas se ven vecinos por la calle a partir de la una de la tarde. El termómetro marca más de 40 grados. Las calles están desiertas, la sombra escasea y sólo los más atrevidos salen de casa. "Yo me adapto a los horarios y no pongo la lavadora por la noche, pero no voy a dejar de limpiar, ¿no?", apunta una señora que limpia junto a otra mujer la fachada de una vivienda con dos cubos de agua.

En la calle principal, la mayoría de los negocios están cerrados y sólo hay un bar abierto. Dentro, pocos se muestran preocupados por la escasez de agua. "Nosotros tenemos depósitos propios y las restricciones apenas nos afectan", reconoce un camarero del bar.

La Sierra Sur ha sufrido varios periodos de importantes sequías en las últimas décadas. La última fue entre 2007 y 2009, cuando también se aplicaron restricciones en el suministro de agua, un bien escaso que ya comienza a ser considerado el oro azul del siglo XXI. "A los cuatro días de ser elegido alcalde, en 2007, tuve que aplicar cortes de agua", recuerda Antonio Manuel González, alcalde de Badolatosa, un pueblo con poco más de tres mil habitantes. Varios municipios de la zona pertenecen al Consorcio de Aguas de la Sierra Sur y otros tienen pozos propios, pero todos han sufrido dificultades en el abastecimiento en diferentes etapas.

La sequía forma parte del día a día de los vecinos y muchos han optado por adquirir depósitos propios para sus viviendas. En muchos casos esta situación ha llevado a que la actitud de los vecinos sea de resignación e, incluso, refleje cierta despreocupación. "Ya lo solucionarán. Siempre lo hacen", comenta una señora en Casariche. "Me voy, que tengo prisa, me voy a la piscina de mi hija", añade mientras se aleja.

"Mientras yo tenga el depósito lleno, me da igual que haya restricciones, no me afecta", afirman en la peña sevillista de Casariche. Fuera del bar, dos jubilados reconocen que en el municipio abundan las piscinas y los depósitos particulares en las azoteas de las viviendas. Esta imagen contrasta con la cuenca del río que atraviesa Casariche, en el Paseo de Triana, donde la poca agua que hay está estancada y sucia.

Embalse de Malpasillo, una de la alternativas que baraja el Ayuntamiento de Badolatosa. Embalse de Malpasillo, una de la alternativas que baraja el Ayuntamiento de Badolatosa.

Embalse de Malpasillo, una de la alternativas que baraja el Ayuntamiento de Badolatosa. / Víctor Rodríguez

Desde el Ayuntamiento de Badolatosa, encargado de gestionar el acuífero El Puntal, admiten que el agua de este pozo no sólo se utiliza para el consumo humano, sino también para otras cosas como las piscinas. "Nosotros regamos con agua no potable, y en las instalaciones municipales, como la piscina, tampoco se utiliza agua del acuífero, pero los vecinos sí, por eso sacamos un bando municipal para concienciar a la población de la situación y para que no malgastara en agua", afirma el alcalde badolatoseño. "La Policía Local está llamando la atención a los vecinos que derrochan el agua potable limpiando coches o regando e, incluso, se aplican sanciones", asegura el regidor. Además, se ha castigado el consumo elevado de agua con un aumento de las tarifas.

Los principales afectados de esta situación son los agricultores, sobre todo los olivareros, abundantes en la zona, pero también algunos negocios locales, como la lavandería de Casariche Don Gerardo, cuya responsable, María Dolores Parrado, asegura que sufrirá pérdidas económicas a causa de las restricciones de agua. "Aquí trabajamos 24 horas y he tenido que suprimir el turno de noche", reconoce la empresaria. "Hace unos días tuve que acudir a una lavandería de otra comarca para poder sacar adelante un encargo, lo que me ha supuesto un gasto extra importante", explica la responsable de esta lavandería industrial, abierta desde 2007.

Una mujer limpia la fachada de una vivienda con cubos de agua Una mujer limpia la fachada de una vivienda con cubos de agua

Una mujer limpia la fachada de una vivienda con cubos de agua / Víctor Rodríguez

Casariche, Badolatosa, La Roda de Andalucía y Lora de Estepa no son los únicos municipios afectados por la sequía. Pedrera, Aguadulce, Gilena, Martín de la Jara y Los Corrales también han sufrido restricciones en el suministro recientemente. "La semana pasada aplicamos cortes de agua durante cuatro días porque el nivel del acuífero de Becerro, que abastece a Aguadulce, Pedrera, Gilena y Estepa, descendió unos 20 metros y nos alarmamos", reconoce el alcalde de Pedrera, Antonio Nogales. Menos Estepa, los otros tres municipios sufrieron restricciones hasta que el nivel se recuperó. "La situación no es crítica pero estamos constantemente observando el pozo y buscando alternativas", afirma el regidor. En este sentido, Pedrera ha pedido ayuda a la Diputación de Sevilla para que acudan al municipio técnicos para que inspeccionen el acuífero y analicen su situación, y estudia la posibilidad de explotar nuevos pozos situados en la zona.

Desde que saltó la alarma, los municipios afectados de la Sierra Sur negocian con la Diputación de Sevilla la utilización de otro pozo situado en el término municipal de La Roda de Andalucía. Éste ya se utilizó durante las sequías de 2008 y 2009 pero se abandonó hace unos tres años porque la calidad del agua de El Puntal, que se había recuperado, era mejor. "El problema es que el pozo es de dominio público pero hay una persona que dice que la tierra en la que se encuentra es de su propiedad", situación que está retrasando las autorizaciones pertinentes.

Pedrera, Gilena, Aguadulce y Martín de la Jara también han sufrido cortes de agua

Por otro lado, desde hace un año y medio, el Ayuntamiento de Badolatosa está analizando el agua del embalse de Malpasillo, entre Badolatosa y Corcoya. Los últimos análisis indican que esta agua es apta para el consumo humano. En las últimas semanas, el gobierno local ha recuperado un antiguo sistema de almacenaje y bombas del municipio abandonado hace 25 años y están a la espera de obtener las autorizaciones necesarias para ponerlo en funcionamiento. "Hemos hecho un esfuerzo económico muy importante pero necesario para recuperar estos depósitos", reconoce Custodio Borrego, concejal badolatoseño. "Estamos deseando que la alternativa del embalse funcione", añade.

Lora de Estepa y Casariche también están realizando sondeos en busca de nuevos pozos para su abastecimiento y se ha solicitado al Consorcio de Aguas de la Sierra Sur que aumente la dotación de agua a La Roda de Andalucía.

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