Un vestuario unido, con 22 profesionales a lo sumo y hueco para los canteranos que puedan promocinar durante el curso. Un colectivo en el que no haya grupitos de jugadores desencantados por verse fuera de las convocatorias un domingo sí y otro también. Una plantilla corta, pero competitiva. Eso es lo que quiere Marcelino y así se lo ha hecho ver a la cúpula ejecutiva del Sevilla durante las conversaciones que ha venido teniendo desde la primera reunión que tuvieron con él José María del Nido y Monchi, incluso antes de que fuera confirmado como entrenador del Sevilla. El asturiano, después de una intensísima semana de trabajo y trámites, ya está de descanso en su tierra y ahora delegará en Monchi para que éste vaya decantando la plantilla más competitiva posible. Toca operación salida.

El director deportivo irá perfilando ese colectivo unido y competitivo que quiere Marcelino y en el que no están descartados uno o dos refuerzos más, al margen de las salidas inesperadas que pueda haber. Y tiene trabajo por delante Monchi, puesto que, incluyendo a los jugadores que vuelven tras cesión, hay más de 30 actualmente. El técnico sevillista tendrá voz y voto en los descartes, aunque no quiere precipitarse con éstos y desea ver el rendimiento de la mayoría, incluidos canteranos y aquellos que vuelven de distintas cesiones, antes de tomar una determinación. Con todo, lo que resta de junio y la primera semana de julio antes de viajar a Costa Rica (del 9 al 18 de julio) serán claves para determinar cómo se va condensando ese amplio grupo en un número manejable.

Marcelino no le mete prisa a Monchi, pues éste es el primero en saber quiénes son los más susceptibles de ir dejando el necesario hueco. Uno de ellos es Romaric. Trabzonspor y Galatasaray han preguntado en serio por él y esta semana podría haber novedades. El Sevilla, al menos, lo espera así.