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De diez, Mateu y al final... la ansiedad

  • El once de Míchel ejecuta un planteamiento magistral hasta que el arbitro merma la claridad de ideas para seguir defendiendo

Cuando la rabia pase, cuando la indignación deje de condicionar cualquier reflexión sobre el partido disputado ayer por el Sevilla, sus jugadores, técnicos y especialistas podrán desmenuzar situaciones y sacar conclusiones. La primera, que la propuesta que Míchel ideó y que los profesionales supieron llevar a cabo fue correctísima y merecedora de la admiración de toda la España fútbolística. Pero llegaron luego las acciones de Mateu Lahoz, y a partir de ahí la ansiedad defensiva y la cercanía de remar ya a unos metros de la orilla pudieron con el equipo blanco, en particular con una defensa que había hecho un partido impecable y que al final le costó salir del arrinconamiento en que lo encerró el Barcelona.

Defensa

Míchel encajó las piezas bien desde el inicio y el Sevilla de la primera parte se basó en dos pilares. Spahic en la anticipación sin miedo a adelantarse unos metros e impedir que el Barça recibiera en el área por un lado. Negredo, por otro, atrayendo hacia sí a Song, aguantando el balón y creando espacios. Por medio, Maduro tenía la doble labor de barrer y de seguir a Xavi para que no recibiera con comodidad. Y así el Sevilla se fue llevando el partido a su terreno y evitaba que Messi entrara en excesivo contacto con el balón.

Pero todo cambió cuando Mateu Lahoz expulsó a Medel. Al principio no, pero luego Negredo fue notando el cansancio, Míchel quizá tardaba en refrescar al equipo y el Barcelona se iba subiendo poco a poco a las barbas. Y ahí tanta tensión acumulada, tanto ir al filo de la navaja en cada cruce, en cada anticipación... fue jugándole una mala pasada al Sevilla que derivó en una ansiedad lógica a la hora de sacar el balón desde atrás. Como ese despeje de Botía a media altura que impactó en la mano de Thiago que debió haber ido en otra dirección...

Ataque

Negredo fue el faro y cuando se apagó, el Sevilla se quedó a oscuras. Primero habilitando al primer toque y luego en un desgaste colosal en las bandas y por el centro, le dio mucho al equipo. El robo adelantado, tanto en la anticipación de Spahic como en el barrido de Medel, dio sus frutos junto a la visión al primer toque de Rakitic. En la segunda parte, también emergió Jesús Navas para estirar el equipo.

virtudes

La fe que ha crecido en este equipo desde la noche del Real Madrid, que le llevó a rozar -y merecerlo- el triunfo con un hombre menos ante el mejor equipo del mundo.

talón de aquiles

Algún cambio, como Luna antes.

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