Sevilla FC

El Zaragoza no olvida un viejo sueño, Romaric

  • El marfileño vuelve a sonar en La Romareda, donde ya pudo ir hace dos temporadas

En una ocasión, diez minutos antes del cierre del mercado en septiembre, Romaric era jugador del Zaragoza en calidad de cedido. La falta de garantías de cobro hicieron que el Sevilla finalmente desechara la operación y durante el verano pasado el club maño volvió a intentar la incorporación del centrocampista costamarfileño, pero su alta ficha, prohibitiva para la economía de Agapito, impidió que las negociaciones llegaran a buen puerto.

Romaric acabó en el Espanyol corriendo el Sevilla con el setenta por ciento de los gastos de su ficha y en Cornellà hizo una muy buena primera vuelta para volver luego a las andadas tras un desencuentro con Pochettino a cuenta de un episodio de indisciplina protagonizada por el jugador.

Ahora, Romaric vuelve a ser objeto de deseo del Zaragoza. La presencia de Jiménez en el banquillo maño no ha tenido que ser decisiva en este interés, aunque el de Arahal ha dado su opinión. El problema radica en que los parámetros económicos en los que se mueve el futbolista no están al alcance del Zaragoza. El Sevilla espera y desea obtener una cantidad que se acerque a los dos millones de euros por un jugador en su último año de contrato que supuso en su día una inversión de 8,5. Pero otra cuestión espinosa es, como ha quedado dicho, sus emolumentos. Con dos millones anuales de ficha, aunque el Zaragoza pida una cesión parecida a la de Kone en el Levante, no parece fácil que pueda llegar a asumirla.

Aunque Romaric no tuvo en el Sevilla el rendimiento esperado, Manolo Jiménez sí fue capaz de sacar lo mejor del marfileño, sobre todo en la temporada en la que el Sevilla quedó tercero en la Liga y Duscher y Romaric fueron casi todo el año la pareja de medios centro. Igualmente, escorado en la izquierda para aprovechar su excelente zurda, el técnico hispalense también supo exprimir las condiciones de un jugador con dos problemas que le han impedido triunfar en España, su escaso ritmo de juego y su fragilidad mental, que le lleva con facilidad a desmotivarse y a dejarse llevar perdiendo la forma.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios