El fútbol apenas existía, pero al Sevilla lo mantenían cierta consistencia y los chispazos de calidad individual. Ocurre que la falta de un trazo definido y que los jugadores vayan a machamartillo según un plan definido está haciendo cada vez más vulnerable al equipo, que además padece la vulgarización de su plantilla. La pueril zancadilla de Zokora a un jugador dentro del área refleja el nivel competitivo del grupo. Si el hombre que sobre el papel debe marcar el paso en el trabajo sin la pelota comete ese error... ¿Cómo va a creerse el grupo consistente? Un suceso así basta para tirar a este Sevilla sin método.
Defensa
En los partidos del Sevilla se viene describiendo una constante: el rival sale con un marcado respeto, con las líneas juntitas y a verlas venir. Que no es un cualquiera el que está enfrente, que es un teórico aspirante a nobles objetivos como el Sevilla. Pero un cuartito de hora basta para que el equipo de Álvarez se destape: sucedió ante el Braga, el PSG o ante el Racing. Y el Hércules se apuntó también. Las cosas caen por su propio peso: Drenthe prueba a Dabo, y éste se siente débil; Kiko Femenía también prueba a Fernando Navarro, y lo mismo. Ya supo el Hércules que por fuera hacía daño. Más vías de agua: Trezeguet vio que Alexis se tragaba sus amagos cuando esperaba el centro lateral. Y más vías aún: Romaric no llega jamás a tapar, Zokora pierde la posición y cuando trata de rectificar, origina el fuego. Todo hace al Sevilla cada vez más vulnerable.
Ataque
Acosta la tuvo al comienzo pero le faltó fuerza para definir tras la carrera. El Hércules ya había mostrado su lado débil, que su defensa adelantada podía salvarse con paredes y triangulaciones rápidas por dentro, entre los centrales. Pero este Sevilla no está para hacer daño a nadie. Por los flancos hizo internacionales a los laterales Cortés y Peña, por dentro se enroscó en el fútbol parsimonioso de Romaric y en punta, Luis Fabiano maniobró aislado. Ya con Negredo, el fútbol era más directo. Y siempre previsible.
Virtudes
Lo mejor es que hay mucho tiempo para que Manzano trabaje.
Talón de aquiles
Su inconsistencia y vulgarización llega a un punto en que el rival parece mejor de lo que es.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios