Sociedad

Libertad con cargos para el acusado de la muerte de dos ancianos en Ciempozuelos

  • Luis Miguel Aranda está imputado por doble homicidio imprudente · Los familiares no presentarán denuncia contra él

La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Valdemoro (Madrid) decretó ayer libertad con cargos para Luis Miguel Aranda tras tomarle declaración por la muerte de dos ancianos, a los que olvidó el pasado sábado en el interior de una furgoneta.

Hasta el momento, sobre Luis Miguel Aranda sigue pesando una doble imputación por homicidio imprudente tras el fallecimiento de los ancianos, según informó su abogado a la salida del juzgado.

El letrado detalló que la juez está ahora a la espera de recibir los correspondientes informes forenses y para citar a declarar a los familiares de las víctimas y a empleados del centro geriátrico de Ciempozuelos (Madrid), en el que trabaja el acusado.

Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil informaron de que al parecer los familiares de los ancianos fallecidos en la furgoneta de momento no presentarán denuncia contra él.

No obstante, el letrado precisó que Aranda podría enfrentarse a una pena de prisión de entre uno y cuatro años por doble delito de homicidio imprudente.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) aclaró a través de un nota de prensa que la autopsia de los dos fallecidos está finalizada, aunque el Instituto Médico Forense ha solicitado más tiempo para esclarecer con exactitud la causa de las muertes.

Finalmente, el acusado quedó en libertad al constatarse que no existe reiteración del delito ni riesgo de fuga o de destrucción de pruebas.

A su salida, Aranda no detalló cómo se había desarrollado la declaración ante la magistrada, que se prolongó por espacio de una hora, aunque insistió en "pedir perdón" a los familiares de los ancianos.

No obstante, dijo que "no me preocupa lo que me pueda pasar, sino el dolor que he causado a las familias (de los ancianos), a mi familia y a la gente que trabaja conmigo, que hacen un buen trabajo y que por cosas de éstas se empaña".

Visiblemente afectado por todo lo ocurrido, Aranda que el día del suceso cumplía 47 años, señaló que no hay "nada" que le pueda tranquilizar, aunque agradeció a las familias de los fallecidos que no hayan denunciado la muerte de los dos ancianos.

Además, aprovechó la ocasión para dar las gracias por el apoyo recibido y por las muestras de cariño que le han brindado desde el pasado sábado, aunque subrayó que ahora hay que apoyar principalmente a las familias de los fallecidos porque él sólo es el "culpable" y no la "víctima".

Por otra parte, Aranda, que también estuvo acompañado de un hermano, restó importancia a la pena a la que se pueda enfrentar porque "cuando te pasa una cosa así, no te importa lo demás".

"No me importa eso, no lo vais a entender nunca, aunque os parecerá raro", le dijo a los numerosos medios de comunicación que aguardaban al término de su declaración.

De momento, Aranda no regresará a su puesto de trabajo en el centro geriátrico Virgen del Consuelo (Ciempozuelos), porque no se siente "preparado" para ello por el "cargo de conciencia" que arrastra desde el pasado sábado.

Relató que ahora su vida se resume en permanecer en su domicilio excepto cuando recibe la visita de sus hijas, pero aseguró que el geriátrico del que es copropietario trabajará para adoptar las medidas necesarias con el fin de que este "incidente" no se repita.

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