En las últimas semanas hemos visto algunos agoreros que achacan a las nuevas tecnologías muchos de los males que sufren nuestros jóvenes, olvidando que son sólo herramientas de hoy que, eso sí, no existían hace muy pocos años y que, por lo tanto, es importante conocer y controlar. De entre todos los problemas analizados, el más importante es el del ciberbullying, el acoso por medio de tecnologías como internet y la telefonía móvil. Hablamos de la publicación de contenidos denigrantes e inapropiados y el robo y mal uso de la identidad del acosado. Si usted detecta que alguien de su entorno está sufriendo algún tipo de ataque de este tipo, lo más recomendable es que procure recopilar toda la información posible sobre la naturaleza del acoso, siempre respetando la situación del acosado y ayudado por especialistas, porque, no olvidemos, la víctima está en una muy débil situación y necesita imperiosamente ayuda, pues estamos hablando de situaciones de poder. Tenga en cuenta, además, que lo realmente grave es que estos medios tecnológicos muchas veces tienen peores consecuencias que las inicialmente previstas por el acosador y que serán de muy difícil control una vez que se han puesto en la Red. Rota la dinámica del acoso, no dude en denunciar ante la Policía o la Guardia Civil los hechos y tenga en cuenta que los episodios de ciberacoso suelen estar ligados a situaciones de acoso en la vida real, especialmente escolar. No lo dude: intervenga ante la más mínima sospecha y haga ver a la persona afectada que cuenta con todo su apoyo y comprensión.

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