Sociedad

Los obispos censuran el "producto de laboratorio" de las técnicas reproductivas

  • Blázquez avisa de los riesgos de la revolución biotecnológica que conculcan la dignidad humana

Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal, flanqueado ayer por los arzobispos de Valencia, Antonio Cañizares, y Madrid, Carlos Osoro.

Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal, flanqueado ayer por los arzobispos de Valencia, Antonio Cañizares, y Madrid, Carlos Osoro. / Luca Piergiovanni / efe

Los obispos españoles rechazaron la ideología de género y las técnicas reproductivas que convierten a los hijos en un "producto de laboratorio", al tiempo que condenaron la violencia machista. El cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, expresó la opinión de la Iglesia española en su discurso inaugural de la CX Asamblea Plenaria de la CEE, que reúne durante esta semana en Madrid a todos los obispos españoles.

Uno de los asuntos que abordarán, según Blázquez, será el "desafío" de la "ideología de género, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y mujer" y "vacía el fundamento antropológico de la familia". Además, avisó de que esta ideología se traslada a "leyes y proyectos educativos".

En concreto, se refirió a las nuevas técnicas reproductivas producto de la "revolución biotecnológica" que desvinculan el acto generativo de la relación sexual entre hombre y mujer. "Desaparece la relación personal en la transmisión de la vida de un ser humano; en lugar de generación deberíamos hablar de producto de laboratorio, con la consiguiente cosificación del ser humano", advirtió, al tiempo que agregó que "la paternidad y maternidad no son realidades que el hombre pueda componer o descomponer a su arbitrio". Blázquez pidió que los avances técnicos conseguidos en los últimos tiempos no lleven a los hombres a "conculcar los límites de la dignidad del hombre".

Además, sobre la ideología de género, dijo que reconocen "el influjo que la cultura y las costumbres han tenido y tienen sobre la familia, el matrimonio y la relación entre varón y mujer", pero matizó que esto "es muy distinto de pretender separar el sexo como hecho biológico del género como hecho cultural". "La sexualidad binaria, masculina y femenina, tiene como fin la donación íntima y la transmisión de la vida. Aunque el género tenga un fuerte componente cultural, no es independiente del sexo. No es acertado, consiguientemente, afirmar que exprese subordinación de la mujer el que conciba, geste y alumbre a los hijos; como no indica privación el que el varón no realice esas actividades vitales", argumentó.

En cualquier caso, defendió que hombres y mujeres son "iguales en dignidad" y "nadie debe ser ni privilegiado ni postergado. "La diferencia está ordenada a la complementariedad y no a la discriminación", indicó.

En este sentido, condenó la violencia machista y lamentó el asesinato a manos de sus parejas o ex parejas de casi medio centenar de mujeres y ocho niños en lo que va de año. "La idéntica dignidad personal del varón y la mujer nos mueve a rechazar toda forma tanto de prepotencia y autoritarismo como de discriminación y humillación. ¿Cómo es posible que la suma intimidad entre personas se convierta en violencia suprema? ¡Cuántas mujeres han muerto en el año en curso a manos de sus maridos o convivientes, parejas o consortes!", exclamó.

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