Si no la vieron, recuperen la entrevista que realizó Andreu Buenafuente a Gemma Nierga. Caviar del bueno. Después de visionar un sinfín de horas diarias de tele, me atrevería a afirmar que esos quince minutos han sido los más auténticos, los más emocionantes y terapéuticos de todo lo visto hasta ahora en la nueva temporada.

Gemma Nierga y Andreu hablaron como hablan los amigos. Los compañeros que se llevan bien. Los que tienen la suerte de fundir trabajo y vida. Los que se realizan día a día ante un micrófono. Nierga confesó que, a fecha de hoy, todavía no es capaz de escuchar la SER. Hay demasiada vida, demasiados recuerdos en esos 30 años de trayectoria en la casa como para sintonizar el dial como si no hubiera pasado nada. Es una cuestión de dignidad.

Buenafuente planteó a la invitada qué hace más daño al periodismo actual, si la falta de medios o determinados miedos. Más allá del juego de palabras que alguno de sus guionistas supo sacar de la chistera, el planteamiento daría para realizar monográficos sobre la cuestión. No tanto en un programa juguetón y desengrasante como Late Motiv, cuya primera finalidad es el entretenimiento y la comedia, sino en formatos con pretensiones mucho más serias. ¿Qué es más perverso, qué condiciona más al periodismo actual, la falta de medios que obligan al trabajo en precario o las presiones mediáticas, vengan de donde vengan?

Les recomiendo que revisen esta entrevista. Que aprecien todo lo que se dice y cómo se dice. ¡Cuánto se puede sacar del texto como del subtexto! Por cierto, que Gemma dejó entrever que podría regresar a la televisión. Muchos no lo recordarán, pero ya presentó en La 1 El destino en tus manos, un extraño formato de una serie que se decidía según el criterio del público, y que dirigía Joaquín Oristrell. A Gemma la esperamos con los brazos abiertos

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