TV-Comunicación

Chávez le tiene miedo a Homer

Si quedaban dudas sobre la paranoia del jefe de Venezuela ya se han disipado. Funcionarios de Chávez instalados cómodamente en lo que se antoja una siniestra Comisión de Telecomunicaciones han prohibido Los Simpson en ese país. "Es una mala influencia" para los niños, dicen los censores para justificar su orden. Siempre es bueno que haya niños: estos oficinistas de Chávez consideran que la serie es nociva para el esponjoso y absorbente cerebrito infantil y la suprimen de un plumazo de la parrilla, no la cambian de horario, de tal manera que ni menores ni adultos puedan verla. Me da que los comisarios del neurótico bolivariano se lo han montado de veladores de la inocencia para camuflar su aviesa intención: que no sean los padres quienes puedan reír (y pensar también) con los descacharrantes y transgresores episodios de la vida en Springfield. Pero el remate de la cagada de estos guardianes de la moral en la Nueva Venezuela viene después, cuando deciden sustituir los capítulos de Los Simpson por los de Los Vigilantes de la Playa. Los niños venezolanos caerán en el alcoholismo antes que otros y el sarpullido adolescente les sobrevendrá prematuramente: nadie con sangre en las venas se queda de brazos cruzados contemplando a David Hasselhoff o a Pamela Anderson corriendo a cámara lenta para salvar a alguien que se ahoga en el Pacífico.

No sé qué acogida tendrá esta decisión en los hogares venezolanos. Los comisarios catódicos de Chávez afirman que Los Simpson "han infringido muchos puntos de la ley de responsabilidad social de la radio y de la televisión" (sic). Mientras, él sigue dando la brasa con Aló Presidente. Y su enemigo Bush coincide con él: también desaprueba la serie que es una de las principales referencias culturales de EEUU y en la que llegó a aparecer su padre liándose a guantazos con el mismísimo Homer. Pero él no puede eliminarla, la Constitución de su país no lo permite. Es la diferencia con la Venezuela de Chávez.

En fin, ya se sabe. Cuando uno se entera de noticias como esta siempre recuerda aquella frase relacionada con el fascismo: un estúpido es un estúpido, cien estúpidos son cien estúpidos y miles de estúpidos son una fuerza histórica. De estúpidos, claro.

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