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"Cualquier excusa vale para venir a Andalucía"

Sanz, en el Hotel Alfonso XIII.

Sanz, en el Hotel Alfonso XIII.

El del corazón partío se hizo esperar. Con gafas de sol y abrigo negro, Alejandro Sanz fue el último en llegar a la cita en el Alfonso XIII. La expectación entre periodistas e invitados era máxima. El artista, que está viviendo uno de los mejores años de su carrera profesional, recibió este martes por la noche el premio Ondas al Artista del Año. Aunque esa no sea su única dicha este 2017. Sanz, que está a punto de cumplir 49 años, celebró el pasado junio su multitudinario concierto Más es más, con el que rindió homenaje al 20 aniversario de su disco Más, y, además, ha recibido el premio a la Persona del Año 2017 de los Grammy Latino.

Nacido en Madrid pero con ascendencia gaditana, el artista aseguró sentirse en casa. "Cualquier excusa es buena para venir a Andalucía, el ambientazo que hay en los premios es maravilloso y Sevilla es una ciudad estupenda a la que siempre quiero volver. Además, toda mi familia está aquí", señaló el cantante durante el encuentro.

Después del intenso año que ha vivido el cantante, la pregunta era obligada: ¿y ahora qué?. Risueño, Sanz bromeó sobre el miedo que la producía pensar que se sentiría muy solo después tanta actividad y tanto reconocimiento. Reconociemientos que debe a su público, a su gente "a la que siempre ha estado ahí, la que escucha sus canciones y no me sueltan desde hace más de veinte años". Tan agarrado tienen sus seguidores al cantante, que las entradas para su concierto más esperado, el homenaje a su disco Más el pasado junio en el Vicente Calderón, se agotaron en sólo treinta minutos. "No me lo esperaba, la verdad, podrían haber esperado aunque fueran cuarenta y cinco minutos", bromeó entre risas el cantante.

Feliz después de haber vivido un año tan bueno y tan productivo, Alejandro Sanz aseguró ser el mismo que hace veinte años. "La ilusión, las ganas y la curiosidad por lo que queda por venir son las mismas que por aquel entonces", apuntó el cantante. Con las mismas cualidades que en 1997 o no, el artista se mostró cercano con compañeros de profesión como José Mercé, Tomatito o la Chispa y con los propios periodistas allí presentes, a los que saludó, dio algún que otro demandado beso e incluso hasta llegó a firmar la ecografía de una futura tocaya de su hija Manuela.

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