Toros

Alternativa y triunfos con sabor amargo

  • El Güejareño y Chamaquito, a hombros; Yiyo y Sergio Vegas, al hospital

GANADERÍA: Cinco toros de La Gloria, tercero y séptimo como sobreros, bien presentados en general y justos de fuerza, que resultaron nobles y manejables, pero con poca trasmisión el segundo. Tercero y séptimo con buen son. Uno -el quinto- de San Martín, bien presentado, justo y soso. En cuarto lugar se lidió un toro en puntas para rejones de Partido de Resina, agresivo y peligroso. REJONEADOR Sergio Vegas, chaquetilla gris, fue cogido dos veces al entrar a matar. TOREROS: José Antonio Cejudo 'El Güejareño', turquesa y oro, estocada tendida y otra delantera (oreja); y estocada (oreja). Jesús Fernández 'El Yiyo', de lila y oro, media estocada caída, pinchazo y fue cogido al entrar a descabellar. Lo mató El Güejareño; pinchazo y media estocada desprendida (dos orejas). Antonio Hernández 'Chamaquito de Granada, que tomaba la alternativa, fucsia y oro con remates en azabache, estocada delantera y dos descabellos (oreja); dos pinchazos y estocada (oreja). Incidencias: Plaza de toros de Granada, segunda corrida de feria. Un cuarto de tendido.

El sabor de una alternativa suele ser dulce, y ayer la tomó el granadino Antonio Hernández 'Chamaquito de Granada', de manos de los toreros locales José Antonio Cejudo 'El Güejareño', que actuó como padrino de ceremonia, y de Jesús Fernández 'Yiyo' que hizo de testigo, siendo también testigo del evento el rejoneador Sergio Vegas, que actuó en cuarto lugar con un toro en puntas. Pero ese sabor se tornó un poco amargo cuando se abrió la puerta de la enfermería, primero con Yiyo, que quedó prendido por el muslo derecho al descabellar a su primero, y tuvo que ser intervenido para volver a salir en el sexto, y tras matarlo, volvió a la enfermería.

Peor aún fue la cornada del rejoneador Sergio Vegas, en un sitio muy feo y todo ello al entrar a matar a pie, una novedad que le costó cara, porque había que estar muy puesto para despachar al toro de Partido de Resina, un ejemplar muy ofensivo y que esperaba con peligro. Para colmo, estaba en puntas, y qué puntas. Se había librado de la quema en los cinco rejones de castigo y banderillas que, por cierto, puso con las máximas precauciones, pero el toro arreaba, y cuando fue a matar pie a tierra lo cogió, pero se rehizo, cosa que no pudo en el segundo intento cuando fue cogido por el pecho, y tras un parte del doctor Sánchez Ortiz muy preocupante, de pronóstico muy grave, desde el hospital Ruiz de Alda, el propio empresario José Jesús Cañas y el presidente de la corrida Mariano Damas, informó a esta redacción que tras haber sido operado por el equipo de cirugía torácica, el pronóstico era reservado pero el paciente estaba estable, sin afectación de pulmón ni corazón. Una noticia tranquilizadora tras tanta alarma creada.

Quizás estas dos cogidas hicieran que la tarde cogiera los derroteros no deseados, pero no debe enturbiarse la de Chamaquito de Granada, era su día soñado, el de su alternativa, cumplimiento de una promesa y reto personal. Además salió a hombros y eso quedará para siempre en el recuerdo del nuevo torero granadino. Se notaban los nervios en el toro de su alternativa, de nombre Travieso, con 504 kilos y número 187, pero se fue afianzando e incluso alguna fase de su faena tuvo temple y el conjunto fue entonado. Remató con dos manoletinas y abaniqueo una digna alternativa.

En su segundo, justo de fuerzas y que brindó a Antonio Ramírez, que le ayudó en este día muy importante, se sintió mucho más, incluso toreo con gusto en muchas fases y aunque las lógicas dudas le impidieron dar un conjunto más rematado, tuvo mérito su arrojo.

Por su parte, El Güejareño tuvo que cuidar a media altura a su flojo primero, con tandas incompletas y sin poder bajar la mano, pero estuvo aseado en su faena. El quinto fue flojo y con poca trasmisión y el granadino puso una enorme voluntad pese a que la ligazón era difícil y el toreo fue de cercanía y pases cortos.

Jesús Fernández Yiyo tuvo ayer un gesto de honradez y torería al salir a matar el sexto tras ser operado al entrar a matar a su primero, un toro blando al que probó por ambos pitones. Relajado y seguro, se afianzó y ligó las tandas, aunque no eran de fácil remate ni continuidad porque el toro era justo. Alargó los naturales pese a que tener que rectificar y remató con manoletinas nazarenas a un toro noble que no quería las distancias cortas y lo cogió.

Tuvo el arrojo de salir en su segundo, y muy mermado y dolorido, pudo lugar unas tandas cortas muy meritorias ante un toro que le costaba entrar en faena. El público agradeció y premió con dos orejas el gran gesto del granadino, que pasó al hospital tras ser intervenido de nuevo en la enfermería.

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